COLUMNISTAS 


Israel, atrapada en su política del odio

Por Claudia Luna Palencia -Periodista mexicana-

  

Israel está viviendo su particular 11 de septiembre: de acuerdo con el New York Times, la operación terrorista que está llevando a cabo Hamás, desde el pasado 7 octubre, estaría financiada por Irán, aunque no descarta que haya otros tantos intereses en la zona impulsando una corriente yihadista en Gaza, entre las generaciones palestinas más jóvenes.

 

         Las imágenes de la barbarie que están recorriendo al mundo mostrando a cientos de milicianos que están secuestrando y masacrando civiles en varias partes de Israel son realmente estremecedoras. Las he mirado para analizarlas y he encontrado mucho paralelismo con el modus operandi de las células yihadistas en Nigeria con el Boko Haram y el secuestro de niñas y adolescentes; y el del ISIS, en Siria, cortando cabezas o bien con un estilo muy peculiar de tortura. 

 

           Desde que David Ben-Gurión declaró en Tel Aviv el nacimiento del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948, se han vivido a lo largo de los años más de un centenar de atentados reivindicados por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y traigo a la memoria dos muy contundentes:  el ataque del 5 de septiembre de 1972, en los Juegos Olímpicos de Múnich contra la delegación israelí y la Operación Entebbe, el 4 de julio de 1976, con el secuestro de un avión de Air France por parte de terroristas palestinos.

 

          Los actuales acontecimientos son de una extrema gravedad, no tienen ningún punto de comparación y son quizá la prueba más fehaciente de cómo el odio ha alimentado a una población, la palestina, que ha sido la víctima de un expolio constante y que ha terminado encerrada en un gran gueto llamado Gaza. 

 

          No estoy exculpando a nadie. Toda forma de violencia  es condenable como lo es también que siguen fallando los mecanismos de entendimiento, de mediación, de diplomacia y de prevención de los conflictos. Y lo vuelvo a reiterar: la ONU es solo una oficina mundial para depositar una reclamación y quizá si a Estados Unidos le interesa prosperen las sanciones. 

 

          El problema real es que los conflictos se enquistan y alrededor de ellos se lubrica el odio, es imposible no sentirlo porque recorre el cuerpo con esas imágenes de familias tomadas como rehenes, niños, adolescentes por una horda de salvajes pertrechados con armas que al grito de Al·lahu-àkbar muestran sus asesinatos a civiles. Les odian… se odian entre ellos, entre palestinos e israelíes y eso hace que toda convivencia sea imposible, porque además hay un enorme choque cultural, ideológico y teológico. 

 

         Si la formación del Estado de Israel descansa sobre de un polvorín y siguen pasando los años sin que a los colonos palestinos se les dé una opción de tener su propio país y la Solución de los Dos Estados (Two State Solution) no ha sido honrada, ni atendida por las autoridades israelíes, cabe la pregunta: ¿acaso la población de Gaza deberá vivir “per saecula saeculorum” bajo el yugo de Israel sin tener posibilidades reales de mejorar su vida?

 

         Tanto está Gaza en manos de Israel que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó que se le cortase todos los suministros a la población palestina: ni agua, ni luz, ni gas, ni petróleo, ni gasolinas, ni víveres. 

 

          Y ha hecho un llamado a las familias en Gaza (aproximadamente allí viven casi dos millones de personas) para que abandonen sus casas y huyan porque solo les aguarda la destrucción y la muerte. 

 

          Netanyahu, que ha gobernado Israel hasta en seis ocasiones, esta vez tiene el Gobierno más derechista de la historia de su país; de hecho, pactó entre otros con la ultraderecha de Sionismo Religioso. Y, ahora, tiene la oportunidad dorada de sacar por las armas, con misiles, drones y bombas a la población que vive en Gaza para así apropiarse de esta parte del territorio y continuar con su política de expansión de barrios judíos. 

 

        ¿Hasta dónde llegará esta guerra? Los terroristas necesitarían mucha tecnología militar para sostener una guerra más allá del corto plazo con el Ejército israelí, que es uno de los mejor pertrechados del mundo. 

 

         Y habría que lanzar lluvias y lluvias de misiles para que alguno traspase la poderosa Cúpula de Hierro. Lo lamentable de todo esto es la población civil, tanto la judía, como la palestina, que verán morir a sus seres más queridos y padecerán perderlo todo. 

A los países de la región les aguarda un nuevo éxodo palestino y quizá esta vez sea el definitivo porque Netanyahu ha prometido barrer Gaza, dejarla limpia. 

 

          ¿Quién está detrás y por qué ahora? Arabia Saudí e Israel llevan largos meses de conversaciones para restablecer sus nexos diplomáticos y lograr una serie de acuerdos económicos, comerciales y regionales. Desde los Acuerdos de Abraham y tras la salida de Afganistán, tanto de las tropas norteamericanas y de otros países de la OTAN, mucho se ha estado moviendo en el puzle de Medio Oriente. 

Tanto Arabia Saudí, como Israel, han lanzado ambos una campaña de mejora de sus relaciones diplomáticas con muchos países de la región. Por ejemplo, sorprendió que, en marzo de este año, tanto Irán, como Arabia Saudí, restablecieran sus relaciones diplomáticas rotas desde 2016.

 

          Los antagonismos entre Irán y Arabia Saudí son de sobra conocidos y ambos quieren imponer su particular visión en el mundo musulmán, pero bajo el molde chií, según Irán, y los saudíes, bajo la peculiaridad suní.

 

        Los tres países se disputan el control regional: Irán, Arabia Saudí e Israel. Con los actuales acontecimientos podrían pasar muchas cosas: que Israel se quede también con Gaza; que se enfríe el restablecimiento de relaciones entre Arabia Saudí e Israel; o que Estados Unidos culpe a Irán de financiar a Hamás y a los terroristas de esta barbarie y decida emprender una escalada militar. En todo caso, para Ucrania, son malas noticias porque su invasión pasa a un segundo plano. ¿Cuál es la mano que mece la cuna?


La Pandemia del Hambre

 

Por Ludmila Vinogradoff  -periodista venezolana-

 

Después de ser uno de los países más ricos de América Latina, Venezuela entró al triste club de los cinco más famélicos del mundo donde se combinan dos pandemias: la del Convid-19 y la del hambre, dicho por la propia Naciones Unidas.

 

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (WFP) alertó que a finales del 2019 habían 135 millones de personas que vivían con niveles de hambre “extremos” pero con el confinamiento por el coronavirus, la cifra aumentó a 265 millones que han caído al nivel del desahucio nutricional.

 

Y entre ellos se encuentra Venezuela al borde de la hambruna y la catástrofe humanitaria junto a cuatro países más también vulnerables como Yemen, República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Afganistán, que conforman el club de los más hambrientos del mundo.

 

“Antes de que el coronavirus se convirtiera en un problema, decía que 2020 enfrentaría la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial por varias razones”, apuntó David Beasley, director del programa WFP “Ahora, con el covid-19, quiero enfatizar que no solo estamos enfrentando una pandemia, sino también una catástrofe humanitaria global”.

 

Venezuela padece de dos virus: el Covid-19 y el de Nicolás Maduro. Son dos crisis, una dentro de otra que han pulverizado el país sudamericano donde el régimen totalitario chavista no es capaz de resolver los problemas que él mismo ha causado para atender a sus 30 millones de habitantes. Su única respuesta ha sido la de reprimir a toda persona que le critique.

 

De los 193 países en el mundo, Venezuela es el único que enfrenta el coronavirus sin combustible para que sus habitantes se puedan transportar paradójicamente siendo el que tiene las mayores reservas petrolíferas del mundo. El régimen chavista ha destruido la industria petrolera nacional por ineptitud y corrupción, dejándola en la ruina. Y para colmo no hay gas, ni electricidad, ni agua, ni comida ni medicina.

 

La falta de gasolina ha hecho colapsar a los agricultores, que han tenido que botar sus cosechas a la orilla de la carretera porque no pueden llevar sus productos a las ciudades. Otros productores han contratado mulas, burros y caballos para transportar su mercancía, aunque se sientan regresar 100 años atrás en el tiempo cuando el arado se hacía con bueyes y no con tractores.

 

El retroceso por la falta de gasolina ha dejado el campo yermo y vacío para la nueva siembra, lo que pronostica una hambruna que no podrá superarse si no se toman decisiones drásticas para detener la agudización de la crisis y no caiga a niveles catastróficos.

 

“Veremos a la Cruz Roja repartiendo sopa en cada esquina porque los venezolanos no supimos sembrar el petróleo “, vaticinó el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri hace dos décadas, justo cuando comenzó la era chavista.

 

Según un informe publicado a fines de febrero por el WFP, casi un tercio de la población venezolana (un 32,3%) padece inseguridad alimentaria y necesita ayuda. Son 9 millones de personas que con la agudización de la crisis podría duplicarse.

 

Es decir, sufren “carencias extremas en el consumo de alimentos, o la pérdida extrema de medios de vida que podría conducir a carencias en el consumo de alimentos o algo peor”.

 

El país ha perdido más de un 50% de su PIB desde que Nicolás Maduro llegó a la presidencia, una contracción de la economía que ha tenido consecuencias sobre la alimentación de los venezolanos. Para este año el FMI vaticina una caída del 15% del PIB y una inflación que supera los cinco dígitos.

 

Después de ser uno de los países más ricos de América Latina, Venezuela entró al triste club de los cinco más famélicos del mundo donde se combinan dos pandemias: la del Convid-19 y la del hambre, dicho por la propia Naciones Unidas.


La Venezuela indolora de Pablo Iglesias

 

Una extraña atmósfera rodea al anuncio del pacto entre Pedro Sánchez y Podemos

 

Por Miguel Henrique Otero -periodista venezolano-

 

Una extraña atmósfera rodea al anuncio del pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Una parte de la sociedad española, la mayoría, no ha tardado en denunciar el peligro que esta alianza significa para España. Por las redes han circulado fragmentos de videos en los que uno y otro, se hacían mutuas acusaciones, hasta hace apenas unas semanas. Quienes, en su momento, escucharon los argumentos de ambos, concluyeron, quizás de forma precipitada, que una alianza, cuyo resultado sería convertir a Pablo Iglesias en vicepresidente de España, era imposible.

 

En medio de la crispación y nervio que este “preacuerdo” ha generado, hay que destacar esto: el embarazo, el desasosiego, incluso el malestar que el pacto produce en el PSOE. No le gusta a nadie, aunque lo hayan votado. Es una decisión impuesta por Sánchez, que ha producido una silenciosa desmoralización. Esa desmoralización, aunque ahora apenas sea visible, será un factor corrosivo, dentro y fuera del gobierno, si es que logran los votos necesarios para ello.

 

De inmediato han comenzado las apuestas sobre cómo será un posible cogobierno de Sánchez e Iglesias. Mi tesis es que será de continuos enfrentamientos. En un primer trecho, soterrados y en voz baja. Más adelante, será inevitable que las disputas y las confrontaciones salten a la esfera pública. ¿Qué fundamentos me autorizan a hacer este pronóstico?

 

Lo creo porque Sánchez e Iglesias comparten una misma desesperada necesidad: la de alcanzar el poder al costo que sea. Sánchez quiere dar el salto de presidente en funciones a presidente legítimo, aun cuando este obligado a pactar con el que, en el fondo, es su más peligroso enemigo. No son Pablo Casado ni Santiago Abascal ni Albert Rivera, los verdaderos enemigos de Sánchez. No lo son, porque los tres, con sus diferencias y especificidades, comparten los rasgos primordiales de la cultura política democrática. Esto es esencial. Los tres guardan ciertos límites que no cruzarían nunca, con respecto a las leyes, el respeto a las instituciones, al estatuto de la Monarquía, la convivencia y, esencial, con respecto a la unidad de España.

 

El meollo es este: Pablo Iglesias produce una enorme desconfianza, no solo entre políticos del centro o la derecha: también en las filas de la propia izquierda. Produce desconfianza por su odio al sistema democrático, por la ferocidad con que maneja su propia organización, por la ausencia de respeto con que recibe o procesa todo argumento o posición que no coincida con la suya. Iglesias no está hecho para la convivencia democrática, sino para imponer un estado de cosas, a su medida y donde él sea el protagonista indiscutido de toda la realidad. Nadie debe olvidarlo: su modelo, su único modelo, es Hugo Chávez.

 

Sobre la relación de Pablo Iglesias con la Venezuela de Chávez y Maduro se han escrito muchas cosas, pero todavía insuficientes. Hasta que no se produzca un cambio en el poder, no será posible conocer la cuantía real del financiamiento que Iglesias, Juan Carlos Monedero y el partido Podemos recibieron de la cleptocracia dictatorial que ha devastado al país. Iglesias ha sido un factor activo para impedir iniciativas a favor de la defensa de los derechos humanos, por ejemplo. Es prudente recordar que, entre muchas otras, es autor de declaraciones como esta: Venezuela es una de las democracias más consolidadas del mundo, y lo que está pasando allá es una referencia para países del sur de Europa, para los ciudadanos europeos.

 

Hasta ahora, Iglesias no ha mostrado absolutamente ninguna sensibilidad hacia la situación de Venezuela y de los venezolanos (a diferencia de su exsocio, Iñigo Errejón, que ha reconocido la debacle venezolana). Sus declaraciones son las de un autómata de la política: pulsa un botón y repite sandeces como que Maduro es una víctima o que hay un golpe de Estado. Ni una palabra sobre la brutal represión, el sistema de torturas, los asesinatos por parte de fuerzas militares, policiales y paramilitares. Nada sobre la hiperinflación, el auge de las epidemias, la muerte de ancianos y niños por inanición. Ni una frase, por ejemplo, sobre la más reciente advertencia de la FAO, entidad que hasta el 2013 emitía constantes declaraciones sobre las bondades nutricionales de la revolución bolivariana, y que acaba de reconocer que 4,3 millones de personas han huido del país, y que los venezolanos necesitan urgente ayuda alimentaria externa, para detener la epidemia de hambre que se profundiza cada día.

 

Es paradójico: el hombre que se proclama a sí mismo como el más importante líder de la izquierda de España, que infla el pecho para hablar de justicia social, no menciona a Venezuela. La Venezuela que habita en su mente es indolora, desechable. El padecimiento de personas y familias, no le alcanza. La destrucción de la vida real está fuera de su campo perceptivo. Le basta con decir que todo ello es un invento de la oposición de derechas y del imperialismo norteamericano. Como todo sujeto tomado por una ambición desmedida, la de alcanzar el poder al costo que sea para destruir la institucionalidad democrática, despacha, niega, se quita de encima los hechos.

 

¿Qué significa para Venezuela que Iglesias se convierta en vicepresidente de España? Nada menos que esto: será un activista que influirá en la política exterior de España, con el propósito de mantener a Maduro en el poder. Punto.


No es un Ejército, es la Mafia

 

Por José García Domínguez -periodista español-

 

Mal asunto el de Venezuela. Muy mal asunto porque el problema real no es ese ridículo patán verborreico. El problema serio, el de verdad, es el Ejército. Un ejército, el de Venezuela, que, a diferencia de lo que siempre ha sucedido en tantas repúblicas sudamericanas, no se ha constituido sólo en un poder autónomo. Porque las Fuerzas Armadas Bolivarianas son otra cosa muy distinta.

 

No encarnan un simple poder dentro del Estado, sino que son un Estado dentro del Estado. Y un Estado que, como todos los que en el mundo han sido, defiende con uñas y dientes su soberanía frente a cualquier injerencia exterior. Sin entender eso, hoy no se entiende Venezuela. De ahí que tenga tan mala salida lo que está pasando. Maduro no deja de ser, en el fondo, una broma de mal gusto. El Ejército, en cambio, no es ninguna broma.

 

El genuino Estado militar que hay detrás –y al margen– de ese charlatán de taberna embutido en un chándal del Caprabo fue la causa oculta de que la Asamblea Nacional, el único órgano institucional del país dotado de legitimidad, resultara disuelta por el Gobierno cuando el autogolpe que puso fin al barniz democrático que hasta entonces había cultivado el régimen. Y es que lo más grave de la disolución forzosa del Parlamento a instancias del Ejecutivo no fue el hecho en sí, sino la razón vinculada a los intereses empresariales de los militares que operó como catalizador. Razón oculta que respondía por Arco Minero del Orinoco, una extensa zona selvática que abarca más de 220.000 kilómetros cuadrados y que alberga en su subsuelo una de las mayores verás de oro y de coltán que existen en todo el planeta. El tan acusado interés de China, de Rusia y de Turquía, entre otros, por Venezuela responde a las inmensas reservas minerales sin explotar que esconde esa selva virgen.

 

Un negocio llamado a generar réditos extraordinarios que tampoco pasó inadvertido para la jerarquía castrense. Por algo las Fuerzas Armadas son, en realidad, el mayor grupo empresarial del país. Porque los espadones de Maduro no se limitan a corromperse con los trapicheos típicos del contrabando y el saqueo más o menos encubierto de fondos públicos. Lo clásico en tantos otros rincones del continente.

 

Además de eso, que también, los uniformados poseen y gestionan su propio banco comercial, el Banco de las Fuerzas Armadas Nacional Bolivarianas; su propia empresa de explotaciones agrícolas, la Empresa Agropecuaria de las Fuerzas Armadas Nacional Bolivarianas; su propia empresa de transportes, la Empresa Militar de Transportes; su propia cadena de televisión comercial, la Televisión de las Fuerzas Armadas Nacional Bolivarianas; su propio fondo de inversión en valores de renta fija y variable, el Fondo de Inversión Negro Primero; su propio consorcio de empresas constructoras e inmobiliarias, la Empresa Constructora de las Fuerzas Armadas Nacional Bolivarianas; su propia planta embotelladora de agua mineral, Aguas Tiuna; su propia compañía de extracción y refinado de petróleo, amén de comercialización de gas para usos civiles, la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petroleras y de Gas. A esas labores de mover dinero sin cesar se dedica todos los días el grueso de los cuatro mil generales (sí, cuatro mil) que hay ahora mismo en el escalafón. Se comprenderá que el gran negocio en ciernes del Arco Minero del Orinoco estuviera, y nunca mejor dijo, en su punto de mira.

 

Nadie se extrañe, entonces, de que, junto a los enormes consorcios industriales chinos, rusos, norteamericanos y canadienses que aportaron el capital y la tecnología para poner en marcha la explotación de esas reservas minerales, la Compañía Militar de Industrias Mineras, sociedad mercantil cuyo cien por cien de las acciones pertenece al Ejército, fuese la única empresa venezolana autorizada a participar en las excavaciones. Por lo demás, todo fue bien hasta que al Parlamento, el legítimo y democrático luego dispersado a la fuerza, decidió meter la nariz en el suculento negocio de los militares. Una injerencia, la de los diputados electos, consistente en tratar de legislar sobre la regulación de la actividad de las empresas concesionarias de autorizaciones industriales en el Arco Minero del Orinoco.

 

Fue lo último que hicieron antes de ser disueltos por el Gobierno. Pero es que la Asamblea Constituyente, el órgano chavista de pandereta que sustituyó y usurpó las funciones del verdadero Parlamento, nació siendo desposeído por el Tribunal Supremo de la potestad teórica de… legislar sobre la creación de empresas mixtas en el Arco Minero del Orinoco. No es un ejército, es la Mafia.


 ¿Perdurará Nicolás Maduro en el poder? 

Por: Andrés Cañizalez -Periodista venezolano-

 

Esta es la pregunta que me hago ahora. A estas alturas de la crisis política e institucional en Venezuela, la discusión sobre la ilegitimidad de Nicolás Madurono parece tener sentido. Lo relevante es preguntarnos si Maduro logrará permanecer en el poder como lo planea. La falta de cohesión de la comunidad internacional y el apoyo castrense juegan a favor del régimen de un Maduro que se autoproclamó como presidente el pasado 10 de enero para un período de seis años de gobierno. Por un lado Estados Unidos y Canadá, junto a países clave de América Latina como Brasil y Argentina, le dieron este 23 de enero un respaldo inmediato al presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), Juan Guaidó, para que ejerza interinamente la jefatura de Estado en Venezuela; empero, el otro factor de peso, la Unión Europea, deshoja la margarita: desconoce a Maduro y reconoce la legitimidad del Parlamento, pero no le da estatus a Guaidó de mandatario interino.

 

Dentro de Venezuela este 23 de enero ha quedado en claro el rechazo mayoritario contra el régimen. Sin convocatoria en medios de comunicación formales, Guaidó y los diputados que encabezan la dirección de la Asamblea Nacional, lograron congregar manifestaciones con gran participación ciudadana a lo largo del país. En poblados intermedios como Charallave (Estado de Miranda) o El Tocuyo (Estado de Lara), que eran tradicionales feudos del chavismo se registraron manifestaciones prodemocracia por primera vez en muchos años.

 

El respaldo popular es una de las tres patas que según Guaidó podrían sostener su presidencia interina.La otra pata está en lo que comúnmente se llama la comunidad internacional. Ésta tiene claridad, al menos entre la gran mayoría de países de América y Europa, en no reconocer a Maduro; sin embargo duda sobre el camino a seguir. En las Américas se apuesta a poner a Maduro contra las cuerdas, como se dice en el boxeo; los países europeos en tanto quieren negociar con Maduro unas elecciones libres y justas que se celebren en el corto plazo. La segunda pata que pidió Guaidó, por tanto, no está firme y a su favor. Habrá que ver el peso que puedan tener algunas cancillerías europeas que están a favor de profundizar en la presión contra Maduro y que así lo han dicho abiertamente.

 

La tercera pata de un proceso de transición, a los ojos de Guaidó, está -y con razón- en las fuerzas armadas. El sostén de un régimen como el de Maduro agobiado por la crisis económica, la impopularidad y la presión internacional, reposa hoy en el poder de fuego y represión que aún controla. En este momento esto resulta fundamental para entender la prolongación de los días de Maduro en el poder.

 

Este 24 de enero el alto mando ratificó que le respalda. Los militares apoyan a regímenes hasta que dejan de apoyarle. En el caso de Venezuela cabe preguntarse si será un respaldo a largo plazo y sobre todo si hay consenso en las filas castrenses, entre los oficiales medios y las tropas. Allí estará una de las claves sobre los escenarios posibles.

 

Tres escenarios

 

Visualizo, en este momento, tres escenarios. Permanencia de Maduro en el poder por un largo plazo, pero implicaría aumentar la represión, detener opositores y colocarse en contra de la mayor parte de países de América y Europa occidental. Para ir en esa dirección, tiene el régimen venezolano el apoyo sin cortapisas de Rusia, China y Turquía. El papel de los militares es clave para imaginar a Maduro por largo tiempo en el poder.

 

Un segundo escenario sería el diálogo por el que apuesta la UE y países latinoamericanos como Uruguay y México. El factor castrense tendría un rol de veedor sin tener una participación directa y visible, en aras de lograr garantías para los uniformados. La dificultad mayor de este escenario es que las cabezas visibles de la lucha democrática, en su gran mayoría -incluido Guaidó-, están negadas a negociar con Maduro. En dos oportunidades anteriores el régimen chavista no cumplió con lo acordado en mesas de negociación con opositores.

 

El tercer escenario sería una salida rápida de Maduro del poder. Un sector de las fuerzas armadas con apoyo internacional, especialmente de Estados Unidos, le retira el apoyo a Maduro y le obliga a abandonar el poder. Ello puede llevar, si tal proceso ocurre con el respaldo de sectores políticos del chavismo, a pensar que la transición la encabece otro hijo político de Chávez, pero con altas dosis de pragmatismo económico y abierto a la cooperación internacional. Este tercer escenario podría tener una segunda salida, en caso de que no haya acuerdo entre chavistas y fuerzas armadas en quién debe ocupar la presidencia una vez que Maduro sea desalojado del poder, y que tal proceso se haga de forma desordenada. El respaldo de la comunidad internacional a Guaidó como presidente interino, en este escenario, lo llevaría a contar con poder real y encabezar la transición.En Venezuela se dice amanecerá y veremos. Todo parece estar sobre la mesa.


Los frutos de 40 años de socialismo en Andalucía:

atraso económico, paro tercermundista

y despilfarro público

  

Por José María Rotellar -Profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y del C.U. Cardenal Cisneros (adscrito a la UCM)-.

 

Los andaluces votaron el pasado domingo 2 de diciembre en laselecciones al Parlamento regional, y lo hicieron con un mensaje claro: expulsar al PSOE y a la izquierda de la Junta de Andalucía, donde han permanecido desde el inicio de la autonomía andaluza, iniciada en 1982.

 

El resultado ha sorprendido, sí, pero muy gratamente, pues muestra que una mayoría de andaluces se ha cansado de un partido que ha gobernado la región como si de su cortijo particular se tratase, con una extensa red clientelar tejida y múltiples afiliados del PSOE empleados en puestos de altos cargos y de confianza del Gobierno andaluz. Se ha cansado de la corrupción del caso de los ERE's, y se ha cansado de que los socialistas hayan querido mantener una región en el furgón de cola de la economía española para poder tener controladas voluntades con su política de subvenciones y derroche abundante de dinero público.

 

Los socialistas, que han gobernado siempre en Andalucía, han hundido a dicha región, la han arruinado, han cercenado, una vez sí y otra también, sus posibilidades de progreso. Es una región que ha recibido más de 100.000 millones de euros de los fondos europeos, equivalente a dos tercios del PIB andaluz y a casi tres presupuestos y medio del Gobierno regional, y los ha malgastado y dilapidado. No han sabido aprovechar sus fantásticos recursos naturales ni el talento de las personas con las que cuenta; sólo han pensado en regar con dinero público distintas actividades improductivas, de manera que cuando se acababa el dinero, se acababa la actividad económica.

 

Los resultados están ahí para poder compararlos sosegadamente. Como siempre han gobernado los socialistas en dicha región de manera ininterrumpida, hasta el punto de que es la única región en la que no ha habido nunca ninguna alternancia en el Gobierno, los éxitos o fracasos de estas casi cuatro décadas de autonomía andaluza son responsabilidad completa del PSOE, de nadie más en cuanto al diseño de la política aplicada, especialmente la económica. Y, como muestran los datos, no ha habido éxitos, sino un gran fracaso económico provocado por la política económica aplicada por los socialistas.

 

El 'cortijo' andaluz

 

Dicha política económica del PSOE ha estado basada en un potente gasto público, articulado en múltiples subvenciones, un nivel de impuestos que es uno de los más elevados de España y un intervencionismo feroz en la economía, que son las recetas típicas de la socialdemocracia. Es una forma de entender la política económica, frente a una visión del liberalismo clásico y conservador de impuestos bajos, reformas profundas, menor burocracia y gasto limitado. Es, por tanto, tan legítimo emplear una política económica como emplear otra. Ahora bien, al igual que no hay una única política económica posible, no dan los mismos resultados una u otra.

 

¿Y qué resultados ha arrojado esta gestión socialista por espacio de casi cuarenta años? Andalucía, ¿está hoy mejor, igual o peor que en 1982? ¿Ha logrado progresar más que la media desde entonces? ¿Ha crecido menos su déficit? ¿Tiene, por tanto, una deuda más controlada? ¿Ha logrado mejorar en su tasa de paro, tanto de manera absoluta como comparada con el resto de regiones? ¿Ha mejorado posiciones en su PIB per cápita, que mide la riqueza de los ciudadanos en una economía? ¿Es mejor su crecimiento económico que el de la media o que el de otras regiones? Veámoslo.

 

Cuando se celebraron las primeras elecciones regionales en Andalucía, en 1982, la economía andaluza crecía un 3,2%, frente a un 3,1% de Madrid, un 2,3% del País Vasco, un -1% de Cataluña, un 0,1% de Valencia, un 1,9% de Galicia o un 1,6% del conjunto del conjunto nacional; era la cuarta región que más crecía en España.

 

Tras estos casi cuarenta años de socialismo, Andalucía crece menos que entonces, un 2,7%, y lo hace menos que Madrid (3,4%), que País Vasco (3,1%), que Cataluña (3,3%) -aunque el independentismo quiere arruinarla-, que Valencia (3,2%), que Galicia (3,1%) y que el conjunto de España (3,1%). De hecho, ahora no es la cuarta que más crece, como en 1982, sino que es la quinta que menos crece.

 

Es más, en los años de la crisis, mientras que el crecimiento medio nacional en ese período ha sido del 0,8%, el de Madrid un 1,3%, el de Galicia un 0,7%, el de Cataluña un 0,9%, el de País Vasco un 1%, o el de Valencia un 0,7%, el de Andalucía está por debajo, en un 0,5% de media. De las cuatro grandes regiones en tamaño de PIB, que representan dos tercios del PIB español, Andalucía es la que peor ha evolucionado durante la crisis, pese a recibir tantos fondos estructurales de Europa como el tamaño del PIB valenciano, y haber sido rescatada por el Fondo de Liquidez Autonómica porque los socialistas la convirtieron en una economía insolvente, que no podía financiarse en los mercados. Del mismo modo, también ha crecido menos que la media nacional en dicho período.

 

Eso tiene un reflejo en la riqueza de los ciudadanos, que marca la prosperidad de una economía, medida por el PIB per cápita. ¿Ha prosperado algo Andalucía en estos casi cuarenta años? Nada. En 1982, era la penúltima región en PIB per cápita, con 14.133 euros por habitante, y ahora sigue siendo la penúltima, con 18.470 euros por persona, con la diferencia de que la última le ha recortado distancia, y si antes Extremadura -donde aunque haya sido sólo una legislatura, sí que ha habido alternancia- tenía un PIB per cápita 3.234 euros inferior al andaluz, ahora sólo es inferior en 1.208 euros.

 

Es más, si en 1982 Andalucía tenía un PIB per cápita que era un 75,36% del PIB per cápita nacional, ahora ha bajado hasta el 73,88%. Es más, debido a ello, ha vuelto a ser considerada región objetivo 1 por la Unión Europea, que encuadra en dicho objetivo a las regiones más atrasadas económicamente.

 

De hecho, ese mal comportamiento no se ha replicado en otras regiones o en la media nacional, que han prosperado mucho más que Andalucía. Así, en estos casi cuarenta años, mientras el PIB per cápita nacional ha crecido un 33,3%, el de Madrid lo ha hecho un 49,4%, el de otras dos antiguas regiones objetivo 1, pero donde se ha aplicado una política liberal, como el de Galicia, que ha crecido 42,48%, o el de Castilla y León, con un crecimiento del 37,2%, el de Andalucía lo ha hecho por debajo de todas ellas, un 30,7%.

 

Y ese descenso en actividad económica y en riqueza se traduce en una peor evolución del empleo. ¿Qué ha sucedido en estos cuarenta años? Que Andalucía tenía una tasa de paro alta en 1982, un 20,57%, pero inferior a la que tiene actualmente, que es de un 22,85%. ¿Y cuál es su posición relativa respecto al resto? Pues en 1982, pese a su elevada tasa de paro, no era la región con mayor desempleo, pues, por ejemplo, Cataluña la tenía ligeramente más elevada y País Vasco muy cerca de Andalucía.

 

Sin embargo, actualmente y tras estos casi cuarenta años de socialismo, Andalucía tiene la mayor tasa de paro de España, con el mencionado 22,85%, mientras que Madrid, País Vasco o Cataluña la tienen cerca del 10%.

 

¿Y qué recetas ha aplicado Andalucía en estos casi cuarenta años de socialismo en dicha región? Una política económica basada en un gran impulso del sector público. Así, por ejemplo, pese a tener 65.000 millones de euros menos de PIB que Madrid, el presupuesto de gasto público en Andalucía es 10.500 millones de euros mayor que el madrileño (30.628 millones en Andalucía frente a 20.071 en Madrid).

 

Paralelamente, para intentar compensar ese mayor gasto, en Andalucía hay un sistema de impuestos que es uno de los más elevados de España, con cinco puntos más de tipo impositivo máximo de IRPF que en Madrid y un punto más en el tipo mínimo en IRPF que Madrid, el doble de tipo de AJD que en Madrid, impuesto de Patrimonio elevado (no existe en Madrid, o, mejor dicho, está bonificado al 100%), un impuesto de Transmisiones Patrimoniales (el que grava, por ejemplo, la compraventa de viviendas de segunda mano) que llega al 10%, el más alto de España, frente al 6% de Madrid, que tiene el más bajo del conjunto nacional, y, hasta hace poco, el impuesto de Sucesiones más elevado, hasta que por obligación de sus socios de Gobierno tuvieron que reducirlo (aunque sin llegar a la rebaja generalizada de Madrid para los familiares más cercanos), aunque los socialistas mantienen un gravamen alto para las Donaciones, a diferencia de Madrid.

 

¿En qué ha desembocado todo esto? En que Andalucía ha incumplido la práctica totalidad de años el objetivo de estabilidad presupuestaria, con importantes desviaciones: 6 décimas en 2009, 7 décimas en 2010, más de 2 puntos de PIB en 2011, 6 décimas en 2012, en 2013 no se desvió, pero porque le concedieron casi 3 décimas más que el objetivo medio -gracias a los déficit asimétricos-, en 2014 se desvió 4 décimas y en 2015 lo hizo en 5 décimas. En definitiva, en los años de crisis, se desvió más de cinco puntos de PIB, es decir, alrededor de 7.500 millones de euros adicionales.

 

Eso ha hecho que Andalucía tenga una deuda del 21,7% de su PIB, frente al 15,2% que tiene Madrid, cuando al inicio de la crisis Andalucía partía con un 4,8% de deuda sobre PIB frente al 5,6% de Madrid. Así, debido a ese incremento exponencial del gasto público, la deuda en Andalucía ha crecido en casi 17 puntos de PIB frente a los 9,6 puntos que ha crecido en Madrid.

 

En resumen, los casi cuarenta años de gestión socialista en Andalucía han supuesto un gasto público tremendo, con cientos de miles de millones de euros dilapidados por el sumidero de subvenciones improductivas, sin saber aprovechar las ayudas europeas, un déficit abultado que ha incumplido los objetivos de estabilidad prácticamente siempre, una deuda exponencial, aceleradamente creciente en los años de crisis por la no contención del gasto, una economía insolvente, que se financia gracias al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), los mayores impuestos de España, uno de los menores crecimientos económicos del conjunto nacional, uno de los menores PIB per cápita regionales, camino de ser el menor, que ha hecho que Andalucía vuelva a ser considerada por la Unión Europea como una de las regiones menos prósperas de Europa, y la mayor tasa de paro del conjunto nacional.

 

Esos son todos los datos de la economía andaluza en estas casi cuatro décadas, que reflejan la evolución que ha tenido la misma bajo los gobiernos regionales que han gestionado allí, todos socialistas, que han hundido Andalucía. Eso es lo que una mayoría de andaluces ha querido eliminar con su voto en las recientes elecciones para apostar por una política económica liberal, de impuestos bajos, reformas profundas y gasto público limitado, que es la política que, como los datos demuestran, genera prosperidad, crecimiento económico y empleo. 


Inmigrantes: Una Quijotada Mortal

 

Por José Angel Lagos-Jiménez -Editor de Mirror Magazine-

 

De acuerdo con Gustave Le Bon, médico y sociólogo francés, en su libro “La Psicología de las Multitudes”, en una gran concentración de personas las mentes de todas ellas parece que se fusionan para formar una sola y actúan “como si fueran sujetos hipnotizados (…), el individuo pierde su identidad y se convierte en la médula espinal de los movimientos de masas.” Para él, “el alma colectiva se forma cuando los sentimientos y pensamientos de las gentes se dirigen hacia una misma dirección; es decir, piensan igual hasta perder su individualismo y llegan a rozar lo irracional.” Y agrega finalmente que esas personas son fanatizables cuando se hallan juntas, porque son inferiores al individuo aislado; incluso, tienden hacia la criminalidad. “Los individuos son diferentes entre sí en la parte consciente; pero muy parecidos entre sí en la parte inconsciente y no pueden responder con inteligencia cuando conforman una gran masa. Desarrollan un sentimiento de omnipotencia. Todo acto es contagioso. Los individuos se comportan diferente cuando están integrados en una multitud, que fuera de ella.” Concluye.

 

            Si retomamos lo anterior y lo aplicamos a los miles de hondureños que partieron desde la norteña y portuaria San Pedro Sula, para cruzar Honduras, Guatemala y derribar las vallas fronterizas mexicanas, entenderemos cabalmente el porqué de esa situación tan penosa como impresionante. En el caso de los venezolanos cruzando ese puente intrafronterizo con Colombia, es fácil entenderlos debido al hambre y múltiples carencias que  el régimen comunista de Maduro les hace sufrir a diario; pero en el ejemplo de los hondureños que han querido ingresar a los Estados Unidos mediante una caravana que se desplaza a pie por gran parte de Mesoamérica, la razón de ello está un poco nublada. Primero tenemos que decir que Honduras es un país democrático, de libertades; y, segundo, que el poder que se puede obtener por medio de las redes sociales, puede ser extraordinariamente positivo, aunque también sumamente destructivo como en este caso particular. Habría que investigar quiénes fueron los azuzadores que convencieron a esta “ríada” de personas para que dejaran sus hogares, tomaran a sus pequeños hijos en brazos y se dispusieran a caminar irracionalmente kilómetros y kilómetros, en un recorrido cuyo final es previsible: el rechazo en la frontera con los Estados Unidos.

      

            En esta especie de “estrella de cuatro puntas” que es este éxodo multitudinario, los presidentes centroamericanos involucrados (de  Honduras, Guatemala y El Salvador), tienen mucho que explicar al resto de la comunidad internacional; sin embargo han hecho “mutis”, un silencio irresponsable que es igual a aquel silencio que hacían los dictadores militares de otras épocas en estas mismas naciones, cuando saqueaban al fisco de sus respectivos gobiernos, para causar y cimentar la miseria que hoy vemos aquí. Porque el hambre y la delincuencia presentes en los países mencionados, más los azuzadores por las redes sociales, son los grandes detonantes para que esta situación migratoria, sin precedentes e inaudita, se esté dando. La actitud de los emigrantes hondureños ha sido un acto demencial, “una quijotada mortal”, algo así como don Quijote al cabalgar por la región de La Mancha, alucinando, diciendo y haciendo insensateces, disparates de todos tamaños y colores, para, finalmente, regresar a su vetusta casa y morir vencido por el hambre, la enfermedad, el cansancio y el objetivo fallido. Porque cruzar Honduras, Guatemala y México, para encontrarse a más de 4 mil guardias fronterizos estadounidenses que les impiden el paso, solamente tiene un nombre: la irracionalidad de las masas que no saben ni de dónde partieron, ni hacia dónde van. Y el llanto de un niño muy chico, con hambre, nos lo ratifica: este éxodo no es nada más que una decisión precipitada y fuera de todo registro.


¿Maduro o Maburro?

Maduro, antes que dictador y ladrón, es un hombre

patéticamente tonto

 

Por Francisco Martín Moreno -escritor-

 

Cuando un dictador tristemente célebre como Fidel Castro, el gran destructor de la economía cubana, era retratado en los foros mundiales invariablemente vestido con un informe de militar como si todavía se encontrara en campaña militar en la sierra Maestra, más bien parecía un triste payaso de carpa, un bufón, de no haber tenido las manos ensangrentadas al imponer a sangre y fuego una de las tiranías más largas y siniestras de todos los tiempos. Hugo Chávez imitó al comandante al exhibirse, por lo general, con indumentaria castrense, la misma que utilizó para asestar un golpe de Estado antes de acceder por la vía democrática a la presidencia para desgracia de los venezolanos. 

 

Maburro surge ante la prensa envuelto en una enorme chamarra con los colores de la enseña de Venezuela. A ambos lados se distinguen banderas con los mismos colores sin faltar al fondo una escultura de Simón Bolívar. ¿Qué pretende el nuevo dictador venezolano con estas poses demagógicas de gran aceptación entre las masas iletradas siempre y cuando nos les falte la comida, el empleo y las medicinas? Sí, él pretende encarnar, ni más ni menos, a la mismísima patria. Él, el presidente Maduro, quiere tanto a los pobres que a diario los multiplica por doquier…

 

Claro que los dictadores latinoamericanos son fieles herederos de la intolerancia española que padecimos en el Nuevo Mundo durante los 300 interminables años del virreinato. A vuelo de pájaro me vienen a la mente en desorden cronológico Gustavo Rojas Pinilla, Augusto Pinochet, Alfredo Stroessner, Juan Velasco Alvarado, Marcos Pérez Jiménez, Anastasio Somoza, Porfirio Díaz y Jorge Rafael Videla, entre otros muchos más. Lo que llama la atención es el hecho de que Maduro pretenda imponer una dictadura cuando, al día de hoy, en el concierto de las naciones sólo se pretende construir democracias y consolidar los Estado de derecho.

 

Lo anterior viene al cuento porque de la misma manera que el presidente Macri solicitó y logró la suspensión de Venezuela del Mercosur, ahora la comunidad internacional debe expulsar a Venezuela de la OEA si Maduro insiste en ejecutar procedimientos dictatoriales para impedir a toda costa la convocatoria de un referendo revocatorio de su mandato. En el hemisferio sur no sólo debemos condenar la intolerancia tiránica de Maduro, no, no es suficiente: su ejemplo no debe cundir entre nosotros, por lo que quienes somos amantes de la democracia y luchamos por el perfeccionamiento de las instituciones estamos obligados a ayudar a los venezolanos para largarlo a patadas del poder, de tal manera que no permee en el continente la tentación totalitaria, cuyos resultados palpables es posible observarlos en una breve visita a la Cuba castrista.

 

Cuando Yasser Arafat murió en París y la prensa reveló la existencia de más de 2.000 millones de euros de su propiedad, la fortuna amasada por este siniestro sujeto después de engañar y desfalcar a cientos de ONG, de inmediato recordé un viaje a Panamá, durante el cual un abogado me señaló un par de bancos, en donde las hijas de Hugo Chávez y Maduro tenían depositados miles de millones de dólares. ¿Usted lo dudaría? ¿Se acuerda de Ferdinand Marcos, de Filipinas? Quien piense que cuando el presidente Maduro sea derrocado volverá a conducir su camión como en los viejos tiempos, se encuentra absoluta y totalmente equivocado, de la misma manera en que lo estaría quien sostenga que Raúl Castro, de ser depuesto como actual tirano de la isla mayor de las Antillas, morirá en el destierro sepultado en la miseria. Es imposible olvidar la riqueza acumulada por los vomitivos nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Antes que dictadores son bandidos…

 

Maduro, antes que dictador y ladrón, es un hombre patéticamente tonto, es decir, Maburro, porque si realmente se siente el representante de la patria, o es la encarnación de la patria…, debe tratar DE disminuir los daños sociales y huir de Venezuela para gozar su fortuna mal habida en el exilio durante el tiempo que le quede libre, como cualquier otro malhechor de su naturaleza. Ya veremos si después la Interpol lo regresa encadenado a Venezuela para acabar sus días encerrado en un sótano saliginoso en alguna cárcel de Maracaibo...

Maduro no tiene Cura

Si hasta Pepe Mujica, conocido por su postura socialista, califica ahora a Nicolás Maduro de loco, entonces el presidente venezolano es el problema,

opina Jan D. Walter, y no forma parte de la solución.

 

Por: Jan D. Walter -periodista-

 

Por lo general, los políticos no laman la atención por dudar excesivamente de sí mismos. No obstante, con el presidente Nicolás Maduro la situación es otra: a pesar de que Venezuela se hunde en el caos, Maduro niega categóricamente todo tipo de nexo entre la crisis actual con los ya 16 años de chavismo.

¿Sufre acaso Maduro simplemente de una obsesión por el poder, tan extendida entre los déspotas? Algo que podría contradecir esto es el paradójico e ingenuo fervor con el que aboga por la "Revolución bolivariana". Eso no es una movida calculada. Maduro cree tan profundamente en el “Socialismo del siglo XXI” que buscar una solución fuera de esta ideología sería, a su manera de ver, una gran traición a sus ideales. Algo trágico, tanto para Maduro como para Venezuela. Sin embargo, hace, de alguna forma, más comprensible su comportamiento.Y este poco tiene que ver con la razón de Estado, ya que su incapacidad de autoreflexión tiene ribetes patológicos.

 

El resultado

 

Hoy, Venezuela, el país más rico en petróleo, tiene que importar combustible. Asimismo, es el único país de Latinoamérica que importa más alimentos de los que exporta -cien veces más, si se mide en dólares. Y las cosas ni siquiera funcionaban del todo bien cuando los altos precios del petróleo llenaban las arcas del Estado con petrodólares. Desde hace dos años, ese país se empobrece de manera vertiginosa: se propaga la inflación, la escasez y la violencia.

Según Maduro, los responsables de tal miseria son otros, sobretodo la burguesía venezolana y el imperialismo norteamericano. Recientemente, sugirió que los estadounidenses planeaban una invasión a Venezuela; como si los Estados Unidos no tuviesen otras preocupaciones.

Que ciertas personas cierren y vendan sus negocios, antes de caer en banca rota, e inviertan su dinero donde sí se respete la propiedad, no cabe en la visión colectiva del presidente venezolano. Al contrario, lo atribuye al nepotismo que, según él, lo rodea.

 

El diagnóstico

 

La perdida de contacto con la realidad y el delirio de persecución son claros síntomas de paranoia. Y si es verdad que Maduro escucha la voz de Hugo Chávez, así como ha dicho en ocasiones, eso sería síntoma de una grave esquizofrenia. Con este cuadro clínico, se podrían explicar también las evidentes debilidades de Maduro, y, asimismo, comprender sus complejidades. Aún así, todo parece responder a otras razones.

La incapacidad de Maduro de aceptar críticas y sus peroratas, que lanza a quien se le cruce en el camino, tienen rasgos de infantilidad. Asimismo, la manera en que idealiza a su mentor político, Hugo Chávez, y aún en su glorificación de Simón Bolívar, la cual no parece estar marcada por un verdadero cálculo político. Si, en realidad, Maduro no puede asumir responsabilidad de la clara corrupción que hay en Venezuela y ver la relación que tiene ésta con otros miembros de su partido, solo se puede llegar a otro diagnóstico: trastorno de la personalidad.

O quizás Nicolás Maduro sea simplemente un maestro en la reducción de la disonancia cognitiva: él está convencido que la “Revolución bolivariana” es la única salida a la injusticia y la pobreza, pero, sin embargo, a la población le va peor con él que sin él. Y su respuesta a tal contradicción es culpar a los demás.

 

La terapia

 

Saber cuál es el alcance del comportamiento de Maduro, y saber si está o no en realidad enfermo, es, a fin de cuentas, secundario. Lo que importa es el destino de 30 millones de personas. Está claro que a lo largo del mandato presidencial de Maduro no hubo ningún destello de esperanza de salir de la espiral descendente que vive hoy Venezuela. Y hasta la fecha no hay señales de mejoría. En resumidas cuentas: no existe la posibilidad de que el país se pueda curar bajo su mandato. La única esperanza que tiene Venezuela es que ahora el pueblo sabe cuál es el estado real de su presidente.


El ocaso de los dioses de las izquierdas latinoamericanas

Uno a uno, varios símbolos caen. La colosal transición política pone ahora a prueba

la solidez de las democracias de la región

 

Por Andrea Rizzi -periodista-

 

Uno tras otro, los tótems de las izquierdas latinoamericanas caen como piezas de un dominó que avanza inexorable. Hay que hablar de izquierdas, porque diferentes son los proyectos políticos que han encarnado el chavismo, el kirchnerismo, el PT brasileño o Evo Morales. Pero es una evidencia cristalina que gran parte de las formaciones soi-disant progresistas del subcontinente, que han dominado la escena durante una década larga, oyen lúgubres campanadas.

El chavismo, que lleva Venezuela rumbo a una hiperinflación de memoria zimbabuense en medio de tasas de criminalidad pavorosas, sufrió una contundente derrota en las últimas legislativas; el kirchnerismo ha sido desalojado de la Casa Rosada; Evo Morales ha cosechado un claro no a su deseo de perpetuarse en el poder; incluso Michelle Bachelet ve grietas como cañones abrirse en su antaño impoluta reputación debido a los manejos de su hijo; ahora, el proyecto político empezado por el carismático Lula, proseguido por Rousseff y admirado en su momento por medio planeta sufre su propio Armagedón, con el impeachment viento en popa y el país entero que se hunde en el hielo de la recesión y el barro de la corrupción.

¿Qué produjo este Ocaso de los dioses (Götterdämmerung, cuarta y última ópera del ciclo del Anillo del Nibelungo) de dramatismo wagneriano? Obviamente, cada caso tiene sus explicaciones particulares. Pero es posible trazar algunos comunes denominadores.

Sin duda el fin de la bonanza de las materias primas ha cortado en seco el chorro que pagó buena parte de la fiesta en la región. Con distintas gradaciones, estos proyectos pusieron mucho el acento en la redistribución, pero quizá no bastante en fomentar la creación de riqueza, la inversión, la diversificación. Burocracias desesperantes, proteccionismos, corrupción y expropiaciones en distintas dosis según los casos no ayudaron a preparar bien varios de los países de la zona para el violento aterrizaje que ahora sufren.

Por otra parte la perpetuación en el poder siempre es tóxica, y tiende a causar excrecencias tumorales corruptas incluso en lares con credenciales democráticas más consolidadas.

Contra esos cánceres se libra ahora en varios países de la región una auténtica ofensiva judicial, en ocasiones muy agresiva (¿era necesario detener a Lula para que declarase?); este rasgo, que a primera vista haría feliz a Montesquieu, se transforma de virtud en lacra muy rápidamente cuando toma el semblante de lucha política por medios judiciales.

La cuestión del equilibrio de poderes evidencia los grandes riesgos sistémicos que enfrenta Latinoamérica en esta colosal transición política regional. Casi todos los imprescindibles pilares de una saludable vida democrática están siendo –y serán- sometidos a duras pruebas. Ojalá unas sociedades civiles cada vez más maduras sepan encauzar este cambio político en los carriles de la ordenada alternancia democrática, de sabias políticas inclusivas, de aceptación leal de las derrotas, de victorias que evitan gestos revanchistas que normalmente solo conducen hacia incendios políticos y miseria económica. Parafraseando el célebre desafío que Dante lanzó a su propio intelecto al emprender la construcción de la Divina Comedia: América Latina, “qui si parrà la tua nobilitate”. Aquí se medirá tu nobleza, tu capacidad de resolver una tarea que se antoja descomunal. Suerte.


La destrucción de Venezuela

El Gobierno de Nicolás Maduro torpedea a la oposición, que logró la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional, mientras se acentúa la crisis económica y social en el país

 

Por Felipe González Márquez -Ex presidente español-

 

Esto explica el hartazgo de los ciudadanos que votaron el 6 de diciembre dándole a la oposición dos tercios de la Asamblea. Pero Maduro mantiene el poder ejecutivo y maniobra toscamente para impedir que haya un poder legislativo que represente la voluntad soberana de los venezolanos.

Nada parece frenar el afán destructivo de la pareja Maduro-Cabello. En lugar de reconocer la voluntad soberana del pueblo, ponen por delante del bien común sus oscuros intereses. En vez de iniciar un diálogo con la mayoría indiscutible de la Asamblea, amenazan con profundizar en la vía de su fracasada revolución, manipula el nombramiento de jueces de la Corte Suprema, recurre los resultados para impedir esa mayoría, amenaza con vetar la amnistía para presos políticos y exiliados, o pone en marcha Asambleas comunales.

Las cifras de la economía son muy graves. A pesar de que el Gobierno, o el Banco Central, niegan a los ciudadanos esas cifras, a lo que están obligados por sus propias leyes, las tienen que dar a la SEC [Comisión de Valores] de EE UU, porque Venezuela tiene bonos cotizados en Wall Street. 

El PIB caerá en 2015 un 10% y la inflación en los últimos seis meses indica un ritmo anual superior al 250%. Cuando esto ha ocurrido históricamente en otros países de la región —Bolivia, Argentina o Brasil—, se precipitaron rápidamente hacia inflaciones de entre el 1.000% y el 10.000%. En los casos de hiperinflación el producto bruto cayó en torno a un 20%.

 

Nada parece frenar el afán destructivo de la pareja Maduro-Cabello

 

El déficit público ronda el 20% del PIB. Pero incluso cuando el petróleo estaba a 100 dólares por barril, el déficit superaba los dos dígitos. Con los precios actuales en torno a 30 dólares, este déficit seguirá creciendo de manera exponencial y lo están financiando dándole a la maquinita de hacer bolívares (monetizándolo). Es un acelerador imparable de la inflación.

Las expectativas de inflación alimentan un tipo de cambio paralelo que ya supera los 900 bolívares por dólar. Más de 120 veces el cambio oficial de 6,30 bolívares por dólar. Maduro ha devaluado tanto la moneda como la figura del Libertador que le da su nombre.

A pesar de que las importaciones se han desplomado en torno a un 30% sobre lo habitual, el colapso de las exportaciones lleva a un déficit por cuenta corriente que supera los 2.000 millones de dólares. A esto hay que añadir el servicio de la deuda pública y privada —de unos 22.000 millones de dólares—, el saldo de los servicios y la salida de capitales que sortean el control de cambios. Esto supone un agujero externo superior a 25.000 millones de dólares.

Para evitar el default —o la reestructuración de la deuda de PDVSA [Petróleos de Venezuela,SA]— Venezuela tendría que reproducir en 2016 las fuentes de financiación que ha utilizado en 2015. Pero la operación se presenta cada vez más difícil:

—Tendrían que tirar de reservas, que han pasado de 14.000 a 7.000 millones de dólares. Pero estas son muy poco líquidas, porque ya Chávez las colocó en oro, justo en el momento en que este metal empezó a caer.

—Tendrían que hacer uso de los activos externos, que son otros 7.000 millones de dólares de Citgo [comercializadora de combustibles en EE UU y filial de PDVSA] y vender activos líquidos, que en el mejor de los casos ya no deben ser superiores a esos 7.000 millones.

—Tendrían que seguir vendiendo Petrocaribe, aunque el margen de maniobra es casi cero, porque ya han vendido la deuda que tenía mercado (Jamaica y República Dominicana) y solo les queda Nicaragua, Surinam y Haití.

—También pueden intentar que los préstamos de China les sigan dando oxígeno. Este año han conseguido 4.000 millones netos de financiación. ¿Estarán dispuestos los chinos a reducir las compras de petróleo ligadas a los créditos para que Venezuela pueda vender más petróleo a EE UU?

Así que con las reservas por los suelos y el tipo de cambio disparado, más el actual precio del petróleo, parece inevitable el default o la reestructuración voluntaria de la deuda en 2016. Dicho en otros términos, o default o rescate chino.

 

El aparato productivo es tierra quemada y hay que reconstruirlo

 

El drama social es lo más visible, lo que no pueden ocultar después de 15 años de experimento revolucionario: Se han perdido todos los avances del chavismo en términos de niveles de pobreza y, de paso, se han esfumado más de 800.000 millones de dólares de ingresos petroleros, en buena parte por la corrupción rampante del régimen.

—El indicador de pobreza supera el 70% de la población y la pobreza extrema alcanza al 50% de los venezolanos. O sea 25 millones de pobres, un 150% más que en 2013 cuando asumió Maduro.

—La cesta básica para una familia de cinco miembros está por encima de los 80.000 bolívares al mes y el salario mínimo, si trabajan dos de estos cinco miembros, no da para más que una semana al mes de esta canasta básica.

—La escasez de alimentos o de medicamentos y la ineficiencia llena de corruptelas en la distribución sitúan al pueblo de Venezuela ante un escenario bastante peor que el que vivió Cuba en aquel periodo especial de 1992 a 1995.

La oposición, que ha ganado ampliamente las elecciones legislativas, sabe que el Ejecutivo es el que tiene que hacer el ajuste y propone diálogo para enfrentar los desafíos. El Gobierno cree que la victoria de la oposición es un error de los votantes y trata de responder radicalizando la ya fallida revolución.

Venezuela está ante una crisis humanitaria grave, que exigirá ayuda internacional rápida. Se han vivido momentos dramáticos como este durante el caracazo, pero el país producía más. Ahora el aparato productivo es tierra quemada y hay que reconstruirlo. No queda tiempo para enfrentar esta emergencia. 

Helmut Schmidt, el Mundo desde Casa

Tenía una mirada vaga, nublada por el humo de los cigarrillos . Así conocíamos al viejo Helmut Schmidt. Como canciller, era una autoridad. Si bien no fue muy querido, sí fue respetado, opina Volker Wagener.

 

Por Volker Wagener

 

Helmut Schmidt era un icono de estilo. Estableció nuevos estándares. Sus discursos en el Parlamento alemán están entre aquellos que uno recuerda. De hecho, su modulación vocal, en sí, ya era característica. Era un maestro de la lengua hablada. De esos que dan sonido a los signos de puntuación. Todo esto combinado con su aura de cabeza de familia estricto, siempre superior y, solo en ocasiones, moderadamente suave. Durante varias generaciones, Schmidt fue de los pocos capaces de explicar un mundo complejo o, en palabras de su biógrafo: fue el hombre más joven de su edad.

De su compañero de partido y predecesor, Willy Brandt, le separaba un mundo. Ambos venían de dos espectros sociológicos e ideológicos totalmente diferentes dentro de la socialdemocracia. Por un lado, Brandt era capaz de agitar corazones y actuó como avivador de la situación política. Era un dirigente para soñar. Schmidt, sin embargo, representaba a los plebeyos. Pragmático hasta el aburrimiento, buscaba siempre llegar a la cabeza de la gente. Le preocupaba la gestión de las crisis. Y durante su mandato se tuvo que enfrentar a un montón de ellas. Para él, las visiones políticas eran una pesadilla. Quien tenga visiones, debería ir al médico, solía decir lacónicamente.

 

Un ciudadano medio elitista

 

Helmut Schmidt era un fenómeno. Aquellos que no sólo se acuerden del Schmidt de su era pos política, sino también de su etapa como canciller en la década de los 70 y principios de los 80, ya se han jubilado. Después de dejar la política de alto nivel, Schmidt se convirtió en el doctrinario, a veces gruñón maestro de escuela, con esa convicción de quien cree que siempre lleva la razón. Prueba de su seguridad en sí mismo y de que nunca le importó lo más mínimo la época en la que le tocó vivir fue la violación constante de la posibilidad de fumar, en cualquier momento y en cualquier lugar. Y es que el excanciller podía ser terrible y políticamente incorrecto. Schmidt fumaba incluso en las zonas de prohibición más estricta, y a nadie se le ocurría siquiera llamarle la atención. A pesar de que tenía un poco de elitista, él, sin embargo, se vio siempre como un ciudadano medio. El saludo socialdemócrata “camarada” rara vez se apoderó de sus labios. Eso sí, una de sus señas de identidad fue que trataba de usted incluso a sus amigos más cercanos.

 

Políglota en Longhorn

 

Helmut Schmidt fue un tipo que, de muchas maneras, fue más allá de los estándares e imágenes marcadas. Para ser socialdemócrata estaba visiblemente alerta a las necesidades del mercado y conocía su funcionamiento. Además, como burgués ilustrado, si hubiese querido tampoco habría sido un ser extraño en las filas de los conservadores y liberales. Y si no, cómo se explica la atípica relación izquierdista que mantenían Schmidt y el liberal-conservador presidente francés Giscard d´Estaing.

El aristócrata francés, máximo representante de la Gran Nación, tuvo que soportar reproches por visitar tanto de forma oficial a Schmidt en la Cancillería de Bonn, como de manera privada en su residencia de Hamburgo-Langenhorn. Tanto el comparativamente pequeño pero práctico bungalow que tenía a las orillas del Rin, como la modesta residencia privada de Langenhorn resultaban poco adecuadas para impresionar al gran maestro de París. Para un hombre como Schmidt, con tanta confianza en sí mismo, este tipo de cosas no eran símbolo de estatus. Su conexión con Giscard fue más a nivel intelectual. Schmidt era un hombre que podía distinguir el arte de la artesanía, que era capaz de tocar el piano de forma más que aceptable y que escribió libros y cientos de artículos periodísticos. Estaba en el mundo desde su casa y –no libre de vanidad- lo demostró. Helmut Kohl lo expresó de esta manera: “haciendo alarde de su arrogancia urbana”.

 

Canciller de lo posible, no de lo deseable

 

Sus cualidades eran evidentes en situaciones de crisis. Cada época tiene sus protagonistas. Y en la época pos Brandt, a partir de 1974, llegó el momento de Helmut Schmidt. Durante su mandato sufrió dos grandes crisis del petróleo y tuvo que tomar medidas contra los costosos deseos sociales auspiciados por su predecesor, Willy Brandt. No sólo el éxito económico, sino también su capacidad de gestionar crisis representó su etapa como primer ministro.

Su mayor reto fueron los atentados bomba provocados por la Fracción del Ejército Rojo, que pusieron a prueba la capacidad del Estado. Su política de mano dura en la lucha antiterrorista fue un éxito. Siempre fiel a su lema: “Incluso las democracias necesitan liderazgo”.

Gobierno en contra del espíritu de la época

Menos espectacular, pero socialmente antipopular fue el papel de Schmidt en el debate del rearme que tuvo lugar en los años 80. La modernización de los misiles de la Unión Soviética requería una respuesta y Schmidt fue el primero al que los estadounidenses alertaron sobre la capacidad de destrucción de los cohetes nucleares de medio alcance con los que Moscú puso en jaque a Europa Occidental. En aquel momento de auge pacifista, en plena fase de crecimiento de los alternativos verdes, Schmidt puso en marcha una política diametralmente contraria al espíritu de la época.

No actuó solo contra la opinión imperante en amplios sectores de la población, sino también en contra de la mayoría de su partido. Y es que el concepto de doble vía de la OTAN –actualización y negociación-, en última instancia también su concepto, hizo arrodillarse económicamente a la Unión Soviética.

Sólo la caída del bloque del Este le libró del aislamiento al que le sometieron como canciller. Schmidt sentía el principio de equilibrio de poder como requisito previo para conseguir la paz. Al igual que Bismarck, tuvo éxito. Y es que Helmut Schmidt no sólo escribió un gran capítulo en la historia de Alemania como quinto canciller sino que, tras las elecciones de 1982, siguió siendo durante décadas un ilustre pensador alemán.


 

¿Eufemismo o Ignorancia

Preocupante?

 

Por Mirror Magazine

 

 Se han celebrado en el istmo centroamericano, en menos en cinco meses, dos “cumbres” (también mal llamadas “cumbres”, pues es el show que unos cuantos individuos se montan para hacerse publicidad a nivel  mundial), en las que los observadores invitados y periodistas pecan de ignorantes (¡!) o dados a usar eufemismos (palabras bonitas para esconder la realidad de las cosas), y así definir mal a los representantes de los países que no tienen democracia en América Latina.

 

Nos negamos a creer que esas personas, en especial los periodistas, son ignorantes del castellano básico y por eso no utilizan el idioma como se debe o no conocen mucho de política internacional. Esperamos que no sea así, porque sería muy preocupante que los medios de comunicación del subcontinente estén en manos de personas sin cultura básica siquiera. Entonces le daríamos la razón al dictador del Ecuador, Rafael Correa, quien dijo que los periodistas de estas latitudes son malos, según sus palabras textuales.

 

            Pero lo que más evidencian esos comunicadores es el deseo equivocado de llamar a los dictadores de la región con el calificativo de “presidentes.” En ambas “cumbres”, en Costa Rica y Panamá, que han sido un gasto inusitado y escandaloso de millones de dólares al alimentar y dar hospedaje a esos figurones, los periodistas y comentaristas han insistido en decirles “presidentes”. El problema se fundamenta en que las personas que los escuchan a lo largo y ancho de América Central y que tienen un conocimiento quizás no muy bien cimentado, les creen a pies juntillas y comienzan a calificarlos también de la misma manera, cuando realmente son dictadores y además, tiranos a la vista y paciencia de organismos como la OEA y la ONU.

 

            No nos imaginamos tratando con ese adjetivo a Daniel  Ortega, de Nicaragua, quien ha violentado reiteradamente a la Constitución Política de su país, ha colocado en los cargos de decisión judicial y parlamentaria a su acólitos, a esos individuos que  le aplauden absolutamente todo al dictador sin que sepan certeramente a qué le aplauden y porqué le aplauden. En su defecto, preferimos creer que se trata de un eufemismo ese deseo consciente de llamar a los dictadores con la definición equivocada, con el fin de quedar bien con el protocolo que les obliga a referirse a los tiranos tal y como lo hacen. Aquí es donde deberían intervenir los editores de los periódicos y telediarios para rectificar a sus empleados y hacerles decir la verdad; al fin y al  cabo el periodismo se basa en la verdad y por sí solo es verdad.

 

Recordemos que la definición de presidente de una República nos dice que es aquella persona que ha sido electa libremente por la mayoría de su pueblo en elecciones libres, honestas y transparentes y ejerce su cargo designado por el mismo pueblo, respetando a las leyes establecidas, a la Constitución del país y a los Poderes que componen al Estado. Además, el rasgo más evidente de un mandatario democrático radica en que su período presidencial solamente abarca un tiempo determinado y no hasta que él decida bajarse del gobierno o cuando le apetezca, según hemos visto en los dictadores de América Latina. Y lo esencial… respetan a los opositores de su gobierno e ideología, no los encarcelan ni persiguen (¡!), como vemos que sucede en las dictaduras y tiranías alrededor nuestro. Es por ello que, entre otras razones, deploramos y no deseamos quienes gozamos de auténtica libertad, más celebraciones de esas “cumbres”, que son tan innecesarias como ineficaces en nuestra realidad centroamericana y latinoamericana en general.

 


 No dejar a nadie en el mar 

El escritor italiano analiza el último naufragio en el Mediterráneo
 
Por Roberto Saviano. -Periodista y escritor-

 

EL MEDITERRÁNEO convertido en una fosa común. Más de 900 muertos. Muertos sin historia, muertos de nadie. Desaparecidos en nuestro mar y pronto borrados de nuestras conciencias. Ocurrió este lunes: un pesquero que vuelca, unos inmigrantes —es decir, personas, hombres, mujeres y niños— engullidos que se convierten en fantasmas. Pero ya sabemos que volverá a pasar mañana. Y en una semana. Y en un mes. Llevando nuestras emociones hasta la indiferencia. Repite una noticia todos los días, con las mismas palabras, con el mismo tono, por triste y afligido que sea, y lograrás que ya no se escuche. Esa historia no recibirá atención, parecerá la misma de siempre. Será la misma de siempre. “Muertos en una barcaza”. Algo relevante para los encargados de los trabajos, historia para las asociaciones, desesperación invisible.

 

Si ahora, justo ahora, hablamos del tema, solo es porque los muertos son 900, quizá más: una cifra desmesurada, inhumana. Si es que esta palabra aún tiene sentido. Seguimos sin saber nada de ellos, pero estamos obligados a saldar cuentas con la tragedia. Saldar cuentas: porque hablamos de números y nada más. De haberle faltado dos ceros al parte de muerte, ni siquiera habríamos sabido de él. Porque ya no es más que una cuestión de números (o de detalles dramáticos como “inmigrantes cristianos arrojados al mar por musulmanes”) lo que supone la diferencia. No para los individuos, no para las sensibilidades privadas, sino para la comunidad que deberíamos representar, que debería representarnos. Porque a la indiferencia personal, acaso comprensible, la acompaña en el plano político una algarabía de declaraciones: disputas, acusaciones en tonos violentísimos. Nadie consigue hacer lo que necesitamos más que ninguna otra cosa: hacer que se comprenda.

 

Pocos se dedican a ello: Médicos sin fronteras, con la campaña #millonesdepasos, intenta contar lo que ocurre, evitando reducir a estas personas a su problema. Es decir, a “expatriados, inmigrantes ilegales, clandestinos”: palabras que diluyen la esencia humana para que sintamos con menos intensidad la pérdida infinita ante la tragedia. Muchos políticos, incluso en estos momentos, gritan. Salvini habla de “invasión”, cuando en realidad la mayor parte de los que llegan no se queda en Italia, sino que se dirigen a Francia, Alemania o los países del Este. El Movimiento 5 Estrellas, que en sus propuestas había planteado

 

un debate interesante, por desgracia ha caído en la tentación de cambiar el baricentro de la cuestión, del “salvar vidas” a “la expulsión”, asumiendo como cierta esa falsa lógica de que cuanto más difícil sea entrar en Italia de forma clandestina, menos intentos de llegar a nuestras costas se producirán. No es así; no se salvan vidas endureciendo las fronteras, y no solo lo demuestra la experiencia italiana, sino también la estadounidense. Basta leer el libro Los migrantes que no importan, de Óscar Martínez, para comprender que los flujos clandestinos de personas desde México hasta Estados Unidos rara vez se pueden gestionar y son imparables.

 

La cuestión es que el primer objetivo debería ser precisamente ese: salvar vidas, preocuparse por ellas. En cambio, se ha logrado convertir esa voluntad en algo ridículo, romántico, ingenuo. Cualquier reflexión sobre el dolor de los otros, de los que llegan de un “submundo”, ha de ser contenida. Hay una economía en el sufrimiento. Quien valora el dolor, quien calibra la tragedia humana, quien intenta despertarse del torpor de la cifra de ahogados es tildado e inscrito automáticamente en el movimiento de “los buenos de más”.

“Bueno de más” es la acusación de quienes no quieren dedicar tiempo a comprender y ya tienen la solución: devoluciones,

arrestos, detenciones. Es la mezcolanza de frustración personal que busca a un responsable de nuestro desasosiego, la voluntad de considerar que la única solución realista y vencedora es la más autoritaria. Es la bondad considerada un sentimiento hipócrita por definición. Y, lo que es mucho peor, una cualidad moral que solo puede tener el hombre perfecto, inmaculado y puro: ergo nadie más que los muertos, cuya vida queda transfigurada y cuyas acciones ya son pasado. Todo el que intente actuar de otra forma desde su imperfección humana será marcado con un juicio único: falso. Y así la bondad se convierte en un sentimiento sin ciudadanía, ridículo, precisamente porque no puede sentirse más que desde la perfección rotunda. He ahí el cinismo miope, que lo destruye todo con diligente sarcasmo.

 

Es obvio que, racionalmente, resulta imposible imaginar una acogida universal y desmesurada, sin reglas; sin embargo, la estrategia adoptada, que se basa en admisiones y devoluciones un tanto aleatorias, ya no se sostiene. A Italia no se le reconoció el peso político que debería haber tenido al ser un país bisagra. Teníamos que aspirar a enfrentarnos al resto de Europa por el tema de la inmigración. Teníamos que aspirar a que nos escuchasen, sin que nos endilgaran, sin que delegaran “el problema” en nosotros.

 

La perenne campaña electoral de Renzi, que en el plano internacional parece estar más interesada en adquirir credibilidad diplomática que en plantear e imponer temas, no nos están ayudando, aunque parece injusto atribuir a este Gobierno toda la responsabilidad. Europa calla, culpable, pero podemos intentar cambiar las cosas. Podemos comprometernos a interpretar, a contar, a no permitir que estas vidas sean aplastadas y desperdiciadas así. Que se queden atrás, tan atrás que desaparezcan de nuestra vista. Convirtiéndose en un fantasma, en un estereotipo, en un incordio.

 

La estrategia adoptada, que se basa en admisiones y devoluciones un tanto aleatorias, ya no se sostiene"

 

Inventarnos caminos alternativos, reunir toda la creatividad posible. Hablar del tema en televisión y en Internet, pero de otra forma: como decíamos, “expatriado” o “ilegal” son términos que diluyen la esencia humana construyendo una distancia irreal, que baja el volumen de la empatía.

 

Tenemos que pedir a los partidos que presenten a candidatos que hayan vivido la experiencia; abrir las universidades a esos hombres y mujeres. ¿Disminuirá todo eso el consenso político, con la cantilena del “primero nosotros y luego ellos”? Probablemente sí, sucederá. Pero solo en primera instancia; pronto nos daremos cuenta del enorme beneficio que supone. La historia de los desembarcos y de los flujos de inmigrantes tiene que convertirse en un tema que el Gobierno considere fundamental dado su consenso.

 

Renzi y su Gobierno responden con diligencia cuando un tema se vuelve mediático y popular: si perciben que el juicio sobre ellos estará determinado por el problema de la inmigración, empezarán a diversificar, a buscar nuevas estrategias y dar nuevos enfoques. El semestre italiano en Europa ha supuesto una profunda decepción, por lo que respecta tanto a las propuestas sobre los flujos de capital criminal (era una buena ocasión para plantear el tema del blanqueo) como sobre inmigración. Pero ahora es inútil lamentarse de lo que no se ha hecho; es necesario que Europa decida de manera diferente. Dar a los inmigrantes un espacio que no sea esporádico. Que la televisión los reciba, empezando a pronunciar bien sus nombres y los de sus países, contando su día a día y su resistencia.

 

Los únicos que a esta hora representan lo que Europa debería ser son los italianos; los muchos italianos que salvan vidas todos los días corriendo el riesgo de violar las leyes. La figura que mejor describe a estos italianos honrados es la del pescador Ernesto, en la preciosa película Terraferma de Emanuele Crialese, que viola la orden de la Capitanía de mantener su pesquero alejado de una patera respondiendo con un sencillo, humano y potente: “Yo nunca he dejado a nadie en el mar”.

 


 

En las entrañas de la élite de Corea del Norte

 

Por Suki Kim -escritora-

 

La escritora Suki Kim desenmascara las mentiras del país más cerrado del mundo al hacerse pasar por misionera cristiana para lograr dar clases de inglés en una universidad de Pionyang

 

No es fácil obtener un testimonio de primera mano en el país más cerrado del mundo, Corea del Norte. Los permisos para entrar que, con cuentagotas, ofrece a los extranjeros el régimen de Pionyang mantienen al visitante casi siempre maniatado, ya sea diplomático, turista o reportero.

Suki Kim, escritora estadounidense nacida en Corea del Sur, ha comprobado la gran mentira de este estado dividido, esencialmente, entre «soldados» y «esclavos». Para ello logró una plaza de profesora de inglés en la Universidad de Ciencias y Tecnología de Pionyang (PUST) haciéndose pasar por misionera cristiana. Y lo hizo poco antes de la muerte, el 17 de diciembre de 2011, del sátrapa Kim Jong-il, sucedido por su hijo, el joven Kim Jong-un.

Hasta ahora se sabía del infierno de puertas adentro por boca de los disidentes que lograban escapar, casi todos de las clases bajas. Ese es el único grupo de norcoreanos al que se podía acceder. Kim ha convivido sin embargo durante meses con los hijos de los mandos del régimen, unos cuantos cientos de alumnos de la élite a los que dio clases de inglés y con los que compartió momentos que seguramente ningún extranjero ha compartido en la que califica «la ciudad más espantosa del mundo». Su conocimiento de la lengua y cultura coreana ha sido esencial para cumplir su misión, en la que cabe también un recuerdo para los familiares, como un hijo de su abuela, desaparecidos en Corea del Norte desde hace décadas.

Y así es como comprobó que hasta esos jóvenes universitarios hijos de los mandos de la dictadura viven «bajo la negación de una total libertad», según explica Suki Kim durante una entrevista en Madrid. El Gobierno marca de forma férrea el camino de las vidas de esos estudiantes en un país convertido en «un gran campo de concentración» donde el «80 por ciento de la población pasa hambre». En el caso de la PUST, las autoridades eligen a los que pueden estudiar, eligen lo que estudian y los oficios que van a desempeñar.

Superado sin embargo el concepto de aldea global, sorprende que Corea del Norte siga no solo encerrada en sus miserias, sino logrando que una inmensa mayoría de sus ciudadanos no tropiecen cuando se les presentan oportunidades como la de abrirse ante el extranjero. Suki Kim apenas se encuentra con momentos de debilidad de sus estudiantes y cuando estos se producen no pueden ser interpretados como una clara deslealtad al sistema sino más bien como inocentes deslices. El cerrojazo, por tanto, sigue a la orden del día con unos engranajes bien engrasados.

 

Mentirosos compulsivos

 

La autora comprueba con una mezcla de pena y sorpresa que esos alumnos, los más preparados del país, no saben qué es internet, no tienen el más mínimo contacto ni conocimiento de la realidad fuera de su país, carecen de la más mínima cultura general y, como víctimas del sistema impuesto a la omnipresente sombra del gran líder, crecen siendo unos mentirosos compulsivos. Su existencia es una especie de fábula en la que Corea del Norte es el escenario de todos los récords, todos los avances y todas las panaceas. Ni siquiera son conscientes de que viven aislados. «La idea de que solo Corea del Norte destacaba en todo, mientras el resto de naciones iba quedando atrás, parecía obsesionarles», se lee en el libro, un retrato hasta tierno de esa oscura sociedad. Y todo a la sombra de corruptos personajes inquisitoriales a la espera de forma permanente de una mordida. «Se nos hacía raro que pretendiésemos que pagásemos por ser vigilados».

«La intención del libro es sobre todo humanizar Corea del Norte, transmitir una visión de la realidad», añade Suki Kim. «Ante tragedias como las de Madrid, París o Nueva York (en referencia a los ataques terroristas en estas ciudades), empatizamos con las víctimas, sabemos de esos lugares y el horror de esas muertes nos afecta. En el caso de Corea del Norte mueren miles de personas en los gulags en situaciones de enorme pena y violencia y tenemos que conseguir también sentir que estamos más cerca de ellos. Ese es el principal objetivo del libro», añade en la entrevista.

Lo «he escrito consciente de que irritará al régimen de Corea del Norte, al presidente de la PUST y a mis antiguos compañeros», afirma en la nota final de la obra. El libro "Sin ti no hay nosotros. Mis días junto a los hijos de la élite norcoreana (Editorial Blackie Books) ha salido a la luz gracias a las anotaciones furtivas que Kim fue guardando en memorias USB por triplicado, una iba siempre con ella, y en la tarjeta SIM de su cámara de fotos.

 

Despedida entre lágrimas

 

Aunque haya alterado los nombres de sus compañeros profesores -tampoco conocían su verdadero propósito- y de los alumnos por obvios motivos de seguridad, se trata de un gran mazazo que no ha recibido respuesta oficial directa de las autoridades de Pionyang. Pero que los cristianos evangélicos que colaboran con ellas como responsables de la universidad trataron de censurar. «El presidente de la PUST me envió duros correos electrónicos para que no publicara el libro o que les mandara el manuscrito».

Suki Kim no mantiene contacto con ninguno de los estudiantes de los que habla y reconoce, además, que «no sería seguro para ellos estar en contacto» con ella. Tampoco cree que la publicación de la obra «les haga felices» a pesar del gran respeto con el que aparece retratada su cruda existencia. En todo caso, sin esa traición la autora es consciente que no hubiera sido posible llevar su trabajo a buen puerto.

La despedida fue así: «Mientras iba estrechándoles la mano sabía que no podía decirles "Idos de este miserable lugar. Abandonad a vuestro infame Gran Líder. Idos o cambiad las cosas. Haced algo, por favor". En lugar de ello, lloré y lloré, y sonreí también. Y cada estudiante me miró a los ojos y me devolvió la sonrisa».


 De Petroleros a Pordioseros

 

Por Juan Marcos Colmenares -abogado venezolano-

 

Petróleos de Venezuela es una empresa estatal cuyas actividades son la explotación, producción, refinación, mercadeo y transporte del petróleo venezolano, creada por decreto presidencial durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, luego de la nacionalización de la industria petrolera. Por muchos años se posicionó como una de las industrias más importantes de hidrocarburos y su nombre era sinónimo de calidad y excelencia. En el año 2005 fue catalogada como la tercera empresa petrolera del mundo y clasificada por la revista internacional Fortune como la empresa número 35 entre las 500 más grandes.

 

Posee 24 refinerías: 18 de ellas en el exterior y 6 en el país, entre las que destaca la refinería más grande del mundo: el Complejo Refinador Paraguaná, en el estado Falcón; así como las refinerías de Puerto La Cruz y El Palito. Entre sus activos internacionales están Citgo (con 8 refinerías en Estados Unidos, en Corpus Christi, Houston, Illinois, Nueva Jersey, Sweeny, Lousiana, y Savannah en Georgia); la Ruhr Oil en Alemania; la empresa Nynäs Petroleum en Suecia (con las refinerías de Nynasshamn en Suecia y Antwerp en Bélgica, así como de las ubicadas en el Reino Unido) y las ubicadas en el Caribe. En 2009 adquiere 20% de las acciones de la empresa canadiense, Enbridge; y en 2010 compra 49% de la única refinería de República Dominicana, conocida como Refidomsa.

 

Pero Pdvsa ya no es la empresa que era en 1998. Hoy es una empresa empobrecida y su situación financiera está en rojo. Y hemos llegado a esta situación en primer lugar, porque ya no es una empresa petrolera sino que tiene otros negocios (fábrica de bloques, de ladrillos, de zapatos, textiles, etc…) que han deformado su razón social fundamental. En segundo lugar, porque está en manos de una burocracia incapaz e ineficiente (estamos comprando crudo liviano a Argelia porque no hay producción en Venezuela). Y en tercer lugar, porque es una empresa contaminada por el nepotismo y la corrupción, transformada en la caja chica del PSUV (en 1998 tenía 40.625 trabajadores, al final de 2013 su nómina estaba el 140.626 trabajadores).

 

La pésima gestión administrativa de este régimen ha afectado toda nuestra economía, porque si en 1998 el petróleo representaba 77% del total de las exportaciones, en 2014 se incrementó a 98%, con una inflación de 64% que este año podría llegar a 100%. Y a pesar de los multimillonarios ingresos de los últimos años, hoy los venezolanos somos más pobres y dependientes.

 

Un estudio conjunto realizado por tres de las principales universidades del país (UCV, UCAB y USB) reveló que en 2014 la pobreza en Venezuela aumentó a 48,4%, correspondiendo 33% a “nuevos pobres”; existiendo el gran riesgo de que en 2015 estos nuevos pobres puedan caer en pobreza estructural, ante la agudización de los problemas económicos y la falta de programas sociales para atender ese sector. Estamos a las puertas de una crisis humanitaria, por el desabastecimiento de alimentos, en medicinas, insumos y equipos médicos.

Esto no puede continuar. Desde 1999 este régimen ha aplicado un modelo económico fracasado y es nuestra obligación lograr un cambio, una transición, en paz y en democracia. Para salir de esta crisis es urgente aplicar el “Acuerdo Nacional para la Transición” basado en tres agendas: 1) Una agenda política-institucional dirigida a restituir las libertades conculcadas, la soberanía, la paz social y el Estado de Derecho; 2) Una agenda para atender la emergencia social y asegurar la atención eficaz a los sectores más vulnerables; y 3) Una agenda económica enfocada en estabilizar la economía, recuperar el ingreso familiar y generar confianza en el país.

 

Los venezolanos somos responsables de nuestro propio futuro y Venezuela será lo que hagamos de ella a través del cambio de rumbo que nosotros mismos decidamos. Ese rumbo está asegurado en el “Acuerdo Nacional para la Transición”. Ya es el momento de actuar.


 El silencio de América Latina

 

Por Silvia Ayuso -periodista-

 

Representantes de la política y de diversas organizaciones critican la falta de respuesta de la región ante las últimas detenciones en Venezuela

 

“¿Qué más hará falta para que los gobiernos de América Latina levanten su voz en contra de la violación de derechos humanos en Venezuela?”. La pregunta la lanzaba el expresidente colombiano Andrés Pastrana tras la detención del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, acusado por el Gobierno de Nicolás Maduro de estar detrás de un presunto golpe de Estado.

Otros expresidentes como Álvaro Uribe o Sebastián Piñera comparten su preocupación. No son los únicos. El director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, se ha desgañitado reclamando que los gobiernos de la región “presionen” a Venezuela en relación con los derechos humanos. Pese a todo, la primera reacción mayoritaria de los gobernantes de la región ha sido, una vez más, el silencio.

 

Apenas Estados Unidos, al que Caracas acusa de estar involucrado en los presuntos planes golpistas, ha salido abiertamente al frente a negar los señalamientos y manifestar su “profunda preocupación” por la “escalada de intimidación” del Gobierno venezolano, según Roberta Jacobson, secretaria de Estado adjunta para la región. Jacobson también instó a la región a que “trabaje para asegurar que el gobierno de Venezuela cumpla su compromiso común con la democracia”.

 

Según el secretario general de Unasur, Ernesto Samper,la organización sudamericana ya está en ello. El colombiano anunció en Radio Caracol que los cancilleres de Brasil, Ecuador y Colombia viajarán la semana próxima a Venezuela, tras lo cual podría celebrarse una reunión extraordinaria para examinar “posibles salidas” a la situación. “El hecho de que uno esté haciendo una tarea discreta no quiere decir que no tengamos una preocupación sobre el futuro de Venezuela, ni que estemos haciendo nada. Estamos trabajando”, aseveró.

 

Algo insuficiente, considera Santiago Canton, exsecretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ahora director del Centro Robert F. Kennedy para los Derechos Humanos. “Ya es tarde”, denunció, y acusó a Unasur de “complicidad” en la situación actual venezolana. “Tal vez hagan algo ahora, pero ya son responsables, en particular Unasur”, subrayó, aunque tampoco restó responsabilidades a otras organizaciones regionales que tampoco “han hecho nada”. Porque no solo la Organización de Estados Americanos (OEA) cuenta con una Carta Democrática, recordó; también Celac, Unasur o Mercosur tienen cláusulas de derechos humanos. “Estas organizaciones son responsables de lo que está pasando”, afirmó Canton.

 

La diputada opositora María Corina Machado pidió a la OEA una reunión de emergencia para tratar la situación. El secretario general saliente, José Miguel Insulza, reconoció la “fuerte alarma” provocada por la forma en que fue detenido Ledezma y llamó a “detener los hechos que conducen a una espiral de polarización y que hace imposible la búsqueda de acuerdos que reúnan la voluntad de todos los sectores”.

 

Para el presidente del laboratorio de ideas del Diálogo Interamericano, Michael Shifter, no se trata de una falta de preocupación de los gobiernos regionales. “No saben qué hacer porque incluso las críticas más suaves de los líderes latinoamericanos han sido recibidas con una respuesta agresiva de Maduro”, explicó. “Los gobiernos latinoamericanos tienen la sensación de que Maduro no es susceptible a presiones externas”, señaló, “pero eso no es excusa para no adoptar una postura pública decidida”.


“¿Qué es eso de Ideologías?”

 

Por Mirror Magazine

 

AMÉRICA CENTRAL-A finales de la Segunda Guerra Mundial ya no se podía hablar de ideologías propiamente dichas; las gentes tenían miedo, decepción y hasta ira en contra de ellas. El marxismo-leninismo, por ejemplo, estaba demostrando con sus desplantes de conquista y el modus vivendi en la antigua Unión Soviética y en los países dentro de su órbita, que a las personas sensatas aquello no les podría servir nunca para vivir y desarrollarse. Con la muerte de Mao Zedong, en China, comenzaron las purgas algún tiempo después y te preguntabas, ¿Y dónde quedó el maoísmo y por qué no lo respetan? Nada, no quedó nada. Las purgas de la élite maoísta fueron superlativas e impresionantes y comenzó a gobernar un grupo que se ha mantenido hasta nuestros días.

 

            ¿Pero qué es ideología? Una de sus definiciones nos aclara que es el pensamiento homogéneo, puro, definible y coherente dentro de la estructura de determinada corriente política. Las ideologías, por lo tanto, son parte esencial de los movimientos políticos y lo acercan hacia las derechas, izquierdas, la plutocracia o el centrismo, con todas las variables conocidas o por conocer. En América Latina, las ideologías débiles esbozadas por caudillos que, al morir, se llevaban su pensamiento a sus tumbas, fueron quedando en un vago recuerdo. Juan Domingo Perón se llevó la suya cuando murió (si una vez la tuvo más allá de la dictadura con sello trepidante dentro del culto a la persona); lo mismo sucedió con Haya de la Torre en el Perú, Balaguer en República Dominicana, etc, etc, etc. Ciertamente eran filosofías de gobierno, de políticas sociales y económicas bastante coherentes, que se movían dentro de lo posible y por consiguiente estaban reñidas con la utopía.

 

            América Central no fue la excepción. Los guatemaltecos continuaban, a finales de los años 50, con sus afanes coloniales, cuando los españoles nombraron a esta nación “Capitanía General de Centroamérica.” Y en Honduras, Francisco Morazán, quien deseaba adueñarse del istmo y formar un solo país, quedó solamente en un sueño personal, sin mucho asidero filosófico más allá de su ambición por gobernar él solo y amparado por el ejército. Y en los tiempos recientes, hablar de “torrijismo” o “norieguismo” en Panamá, equivale a razonar que el primero terminó con el fallecimiento de Omar Torrijos y su propio hijo, el ex presidente panameño, tiene un pensamiento totalmente diferente al de su padre, pues es demócrata convencido; y en el caso de Noriega, su grupúsculo de seguidores era eso… un grupo siniestro que se encargaba de encarcelar, matar opositores y trasegar droga hacia la Cuba atrapada por los hermanos Castro. Resulta evidente, pues, que en Costa Rica durante sus reiteradas elecciones cada cuatrienio, ya no se diga que tal partido es socialdemócrata, ni el otro es demócrata-cristiano, pues sus supuestas ideologías las han demostrado “andando”, cuando sus presidentes electos han actuado desapegados de ambas filosofías.

 

Tampoco debemos creer en la fanfarria de Hugo Chávez con su “cacareado” pensamiento bolivariano, que no es otra cosa que repetir las palabras del Gran Libertador dentro de  la dictadura que el mismo Chávez impuso al pueblo de Venezuela. Pero lo que sí está claro en el mundo actual es que, en lugar de ideologías, lo que hay son axiomas criminales y plenos de odio en contra del mundo occidental, de delincuentes horrendos en el caso de los yihadistas y de dictadores trasnochados (Daniel Ortega), quienes todavía andan parafraseando a Lenin y a Marx; pero que, en verdad, lo único que les interesa es perpetuarse en el poder poniendo en práctica su megalomanía carente de humanismo y avance social. Es decir, ¡Las dictaduras a la orden del día!


  

Haga "click" y vaya directamente

a la revista especial

sobre las relaciones

entre los Estados Unidos y Cuba.

Lo más reciente en

torno al acontecimiento. Ir...


 

El Ser Humano ha Cambiado

Poco

 

MIRROR-Si lo analizamos con detenimiento, la raza humana ha cambiado poquísimo desde la Era de las cavernas. Sigue vapuleando a su mujer, pintando las paredes (haciendo graphitis), matándose unos a otros en guerras, cortando cabezas de otros seres humanos, ensañándose contra los nobles animales y haciendo violencia en los espectáculos deportivos y políticos. Quizás lo que ha cambiado solamente han sido las casas, pues se ha pasado de las frías cavernas a viviendas con otras formas y mayor comodidad; pero la mentalidad del hombre sigue siendo la misma, desgraciadamente.

            En estas épocas de Navidad, que son propicias para reflexionar con nuestras familias, traemos a colación lo que acaba de suceder en las afueras del estadio de futbol, Vicente Calderón, en Madrid, España, antes del juego Atlético-Deportivo La Coruña. Y es algo que se repite domingo a domingo en Argentina, donde están las barras más violentas del planeta; también en Inglaterra, Italia y por supuesto, en América Central. ¡Pues bien! Los dos grupos de radicales, no solo deportivos sino también ideológicos, ya que son de ultra-derecha y ultra-izquierda, se citaron por sus teléfonos móviles y se vieron en las inmediaciones del centro deportivo antes del juego. El resultado fueron gases lacrimógenos, la policía persiguiendo a los gamberros, varios detenidos y un muerto llamado Francisco Javier Romero Taboada, alias Jimmy, quien ha dejado dos hijos huérfanos y la polémica en todo el país si se debe hacer un minuto de silencio antes de los partidos, por su deceso. La mayoría de los españoles se decanta por el “nó”, debido a que este individuo tenía un amplio historial delictivo y participó de lleno y voluntariamente en las golpizas que se estaban propinando ambos grupos.

            Según vemos, el ser humano sigue siendo el mismo. En la Edad de Piedra usaba garrotes de madera y hoy día utiliza barras de acero o hierro para pegar a sus enemigos, a quienes, paradójicamente, no conoce siquiera. Decíamos que en América Central es igual (¡Y hasta peor!), cuando grupos de fanáticos, de irracionales, se encuentran en las afueras de los estadios para defender  un deporte que no necesita defensa alguna, porque se trata precisamente de eso… un simple deporte que dura 90 minutos y cuya ciencia, si lo vemos bien, radica en introducir un balón en cualquiera de los dos marcos. Y nada más.

            Y el asunto se complica cuando recordamos la cita textual de aquel querido amigo quien nos dijo en una ocasión en los ya lejanos años 80: “Si he de morir tendrá que ser en una causa elevada (altruista) y no en un hecho insignificante.” Y así debe ser. O por razones naturales, por enfermedad o defendiendo lo que es sagrado para nosotros, como la libertad de nuestras naciones, nuestros pueblos, nuestra familia, nuestro patrimonio que tanto nos ha costado obtener. Pero, regresando al tema, son famosas las reyertas de estos gamberros después de los juegos entre Comunicaciones y Municipal, de Guatemala; entre Saprissa y Alajuelense, de Costa Rica; entre el FAS y el Águila, de El Salvador; y el Olimpia frente al Motagua, de Honduras. Son momentos cuando los grupos de vándalos deciden encontrarse para masacrarse entre ellos mismos en actos de irracionalidad sorprendente. A ello hay que abonarle la actitud de algunos entrenadores, dirigentes de los equipos y los mismos jugadores, quienes dan el ejemplo previo de la violencia durante los juegos y son imitados por los fanáticos. ¿Un mal de nuestro tiempo? Nó. Es un mal que proviene desde la Edad de Piedra y desde entonces… se ha cambiado poco, casi nada. 


 

Una Polémica Tesis de mi Parte

 

Por, José Ang. Lagos-J. Periodista, Editor.

 

Una tesis que he venido manteniendo desde hace años y que es muy mía, se refiere a los llamados “países continentales”, que son los que tienen enormes territorios que siempre han sido inexplotados; es decir, están ahí “a la mano del destino”, sin que el hombre aproveche sus riquezas naturales. Y la verdad es que esas extensiones que parecen no tener fin, dan pena, da tristeza ese desperdicio, esa falta de visión presente y futura de parte de la población y de los gobiernos.

            Por supuesto que esta tesis es sumamente polémica, porque cuando tocas tierras de otros países, pareces más invasor que los invasores y llegas hasta lo más profundo del nacionalismo en esas naciones. ¿A qué me refiero? A distribuir entre colonos esos territorios baldíos, sin explotación alguna, para que ellos lo aprovechen como debe ser en aras de la economía, no sólo de esas personas, sino del mundo entero. Incluso se podría saciar gran parte del hambre mundial gracias a esa productividad. Pero hago hincapié en que no se trataría de una colonización estilo Francia, Bélgica o Inglaterra, durante el Siglo XIX, en el Africa negra, donde practicaron el saqueo de minerales y mano de obra humana esclavizada, hasta dejar a ese pobre continente en la miseria más abyecta que nos podamos imaginar. En la tesis mía se trataría de un arribo de productores decentes, comprometidos con el bien humano en general.

            ¿Y cuáles serían esos países que cederían sus inmensos territorios que hoy están a disposición de la nada y de nadie? Argentina, Rusia, China, la India, Egipto, Arabia Saudita y todos aquellos otros que tengan extensiones impresionantes y no aprovechadas. Aunque, repito, eso sería como subir a la cúspide del picacho y tratar de quitarle los huevos al águila. Incluso llegaríamos al margen donde comienzan las guerras y al derramar la sangre, lo que continúa es la derrota o la victoria y con esta última, un enorme resentimiento de parte del vencido, un resentimiento que no acabaría en lo que nos resta de existencia en este planeta.

            Un ejemplo diáfano es el de Palestina, el territorio masacrado por la guerra de Hamas contra Israel. Egipto o Arabia Saudita podrían regalarle (así como se lee, “regalarle”), una parte pequeña de sus tierras a la población palestina para que formen su país. Y lo podrían hacer en esos territorios desérticos que no les sirven para nada a egipcios y sauditas. Así se acabaría la violencia fratricida entre dos pueblos hermanos, el judío y el palestino. Pero, repito, eso es más difícil que bajar el Sol cuando está en el cenit. Un factor, quizás el principal, es el enorme egoísmo que está presente en el ser humano de todas las latitudes mundiales.

            ¡En fin! Como decía Calderón de la Barca, el gran dramaturgo español, “los sueños… sueños son”, y yo no dejo de soñar aunque ya no sea un chaval, cuando aprovechaba mi tiempo libre para dejar libre mi imaginación. Aún no concibo que un pueblo tan progresista como el holandés, por ejemplo, no tenga territorio y haya tenido que robarlo al mar. Ellos podrían aprovechar la pampa argentina y su ganadería y minerales, para citar únicamente un caso, con el deber irreductible de dar parte de esa producción a las naciones pobres para saciar el hambre de sus gentes. En todo caso, me excuso diciendo que soy un poco Quijote con mi idealismo, un poco (o mucho) fuera de registro, pero no hay duda de que los sueños también alimentan al alma. Y eso siempre lo he sabido. Perdonen ustedes, amables lectores, mi falta de realismo.


Dra. Lisbeth Quesada Tristán
Dra. Lisbeth Quesada Tristán

 Conspiración del Silencio y Referencia Tardía 

 del Paciente al Equipo de Cuidados  

Paliativos Pediátricos

 

Por la Dra. Lisbeth Quesada Tristàn

 

Una de las grandes diferencias entre el cuidado paliativo de adultos y el de niños y/o adolescentes es la frecuencia con que se producen las referencias y si estas se hacen con suficiente tiempo o resultan tardías. Sabemos que enviar a un paciente adulto, que enfrenta la fase terminal de su enfermedad a cuidado paliativo, no es aun una norma generalizada y aceptada en la mayoría de los países de América Latina. Una razón simple para esta conducta, es la ignorancia, el miedo y el hecho de que no en todos los países se cuenta con unidades de cuidado paliativo, o con él numero y distribución adecuadas, como para cubrir a la gran mayoría de la población. Si este es el caso de los adultos, podemos imaginarnos lo que sucede con los niños o adolescentes. Simplemente no existen en la gran mayoría de los países de América Latina, Unidades de Cuidado Paliativo Pediátrico. La conspiración del silencio consiste en esa actitud o conducta que adoptan los padres, familiares y profesionales tratantes, de: “ aquí no esta pasando nada”. No se dice la verdad a los niños o adolescentes a pesar de las múltiples preguntas que éstos hagan de acuerdo a su edad y desarrollo cognitivo. Conspirar dice el diccionario Laurosse es: “ Unirse contra un particular para hacerle daño” Realmente se conspira para intentar tapar el sol con un dedo. Ese sol es la enfermedad que no hemos podido curar y todo lo que esto significa para el paciente y su familia. Es ese silencio, que es gritado a voz en cuello, que todos saben y escuchan, hasta el paciente lo escucha, y sin embargo , no se ha pronunciado una sola palabra. Es un silencio a voces. Sinónimos que lo describen más claramente: “ confabular, tramar, maquinar”. Exploraremos en este texto la conspiración del silencio, la importancia de una referencia temprana, y las consecuencias cuando pudiendo hacerlo, no se hace, por mitos, miedo, ignorancia o defensa de una situación de poder.

En los países donde se cuenta con el servicio de cuidados paliativos pediátricos es frecuente la referencia tardía, ya que en muchas ocasiones él medico tratante no quiere darse por vencido y desea probar nuevos protocolos o drogas, aunque sabe, de antemano, que ya no lo puede curar y no descarta la inminencia de la muerte. La familia a su vez también genera grandes expectativas en estas circunstancias y ejerce presión sobre el niño y los médicos tratantes para que sigan luchando hasta el final, con un costo físico, emocional y económico altísimo. Si no se lucha o se decide suspender el tratamiento por evidente falla terapéutica, esto se interpreta como negligencia, desamor, desinterés, claudicación, y es socialmente juzgado y censurado. Cuando se producen referencias o ínter consultas tardías, es poco lo que un ECPP ( Equipo de Cuidados Paliativos Pediátricos) puede hacer. Por lo general se convierten en “apaga incendios “, con el consecuente costo emocional para el ECPP tratante, que es conciente de todo lo que se pudo ofrecer y hacer, y que ya no es posible, pues la muerte esta a horas de suceder. Queda claro que siempre se puede controlar o intentar controlar el dolor, pero sabemos que cuidado paliativo va mucho mas allá que simplemente controlar el dolor. Que el abordaje correcto es bio-psico-social-espiritual, tanto del paciente como de la familia. Es frecuente o rutinario, en estas circunstancias, encontrarnos con un paciente con mucho dolor, cuya calidad de vida ha sido infrahumana desde hace mucho tiempo, muy deteriorado, enojado, angustiado, en franco terror por lo que le esta pasando y que desconfía en los profesionales de salud de gabacha blanca. La familia por su lado, se encuentra destrozada, sin energías para luchar, angustiada y sin ninguna disposición para trabajar el enfrentamiento a la muerte.

 

Consecuencias Para la Familia

 

La familia por lo general se niega a aceptar la posibilidad de muerte del niño(a) y esto interfiere con la elaboración del duelo anticipado que tanto ayuda en la aceptación del proceso de muerte, y que permite desarrollar una actitud positiva en el sentido de vivir el aquí y el ahora con el niño. Por lo general como no se acepta la muerte del hijo, no se estrechan los lazos afectivos ni se tiende a mejorar la comunicación. Hacerlo casi seria como aceptar que algo muy grave si esta pasando. Domina esta escena el pensamiento mágico: si no hablamos de esto, talvez desaparezca. Hablarlo equivale a desearlo, y eso es “ desear la muerte del hijo”, lo cual desde luego resulta inadmisible en el corazón y mente de cualquier padre o madre.

Los padres sienten que han fallado en sus roles de protectores y proveedores. Que los médicos les han fallado pues no se les dijo la verdad desde un inicio y que de haber conocido el poco margen de curación en algunos casos, no habrían sometido a sus hijos a estos “ tratamientos tan terribles”. Se culpan del sufrimiento y dolor que ha pasado el paciente, y de la privación a la que han sometido en muchos casos al resto de la familia ( hermanos), al volcarse sobre el niño enfermo.

 

Consecuencias para el niño o adolescente enfermo

 

Pretender que el paciente luche hasta el final, impone al enfermo un gran desgaste físico y emocional. Lo aísla de sus queridos al no poder comunicar su angustia, miedo y sufrimiento, ya que por lo general se le ha ocultado su verdadera condición, frecuentemente por recomendación medica. En ocasiones en que el niño o adolescente pregunta, se le cambia el tema, simplemente no se le contesta, o la reacción es de enojo. Consecuentemente se produce una conspiración de silencio donde por lo general ambas partes saben la verdad, pues aunque los niños no pregunten, ellos tienen su manera de comprender que algo sucede, y están aterrados o en pánico, con esta verdad que intuyen y conocen por su experiencia en el hospital, de meses o inclusive años. Se protegen entre si- padres e hijo- fingiendo que no pasa nadan. En la primera oportunidad que el paciente tiene, pregunta, sobre su condición, ya sea a un miembro del personal de salud que lo atiende, o afirma que sabe lo que le sucede o simplemente dice que se va a morir. En ocasiones esta comunicación es simbólica, ya que los niños hablan de lo que no pueden hablar libremente, en forma simbólica. Esta conspiración del silencioso no le permite al paciente elaborar su propio proceso de muerte en las mejores condiciones y lo aísla de sus seres más queridos pues debe callar y protegerlos.

 

Consecuencias para el Equipo Tratante

 

Existe gran ambivalencia entre los profesionales: “ Se sigue hablando de curación o no”,” Se dice la verdad, o una mentira piadosa”, “ Estaremos claudicando muy temprano”, “ Se refiere a cuidado paliativo o no”. “ Continuamos tratando hasta el final”. Es frecuente que él medico tratante no refiera su paciente a cuidado paliativo porque hacerlo- en su mente- equivale a abandonarlo. No logra visualizar al ECPP como colaboradores sino como sustituto suyo y es posible que siente, que lo puede juzgar o cuestionar. Aceptar una sustitución, sobre todo al final, cuando no se ha podido curar o devolver la salud, como se prometió, o como se dieron expectativas que no se pudieron cumplir, es un duro golpe para su ego. “ Ya no hay nada que hacer” es una frase frecuente que se le da a la familia. Por el contrario, el discurso en ECPP, es totalmente contrario: “ Si hay mucho que hacer y ofrecer”. Hay calidad de vida, control del dolor, control de los diferentes Síntomas, hay apoyo a la familia y sobretodo al paciente, hay espacio para hablar de todo lo que se “ quiera hablar” hay sueños en los que se puede ayudar para que se realicen, hay posibilidad de estar en la casa hasta el final, de tener muy cerca de los hermanos, seres queridos, amigos, juguetes y mascotas. Esta dicotomía en los discursos de ambos equipos, agudiza las contradicciones señaladas. Hace que uno “se vea “como el malo y “el otro” como el bueno. Uno prometió y no pudo cumplir, el otro no promete nada y da mucho. El equipo tratante siente que fallo, que fracaso en su intento de devolver la salud, de curar. Sienten que al ECPP le toca la parte más fácil, pues ya no hay grandes luchas que dar, es el final. En general cuando se da un diagnostico inicial de cáncer, el equipo tratante mantiene un perfil muy positivo y esperanzador. Se apoya en porcentajes de curación, estadísticas y experiencia acumulada. Cuando los pacientes se logran curar, es maravilloso, pero cuando se fracasa, la frustración es enorme y se dan medidas de protección para con ellos mismos, pues resulta muy doloroso lidiar con la verdad: no lo curamos y se va a morir. Esta verdad se le esconde al niño o adolescente y en muchas ocasiones se omite con la familia, en un mecanismo inconsciente para no enfrentar la realidad del sufrimiento. Se protege a la familia manteniendo el secreto y no se admite la discusión ni el análisis por parte de ella, la cual a su vez también desea protegerse a sí misma de semejante dolor. Médicos tratantes y familia se unen en una negación, uno refuerza al otro y viceversa, manteniendo al paciente aislado y detrás del muro de la incomunicación a un costo emocional y psicológico altísimo para todos.

 

Consecuencias para el ECPP

 

Se le cobra ser portador de las malas noticias. Se le cobra ser el destructor ” de la esperanza” y de infringir mas dolor al paciente y su familia y de acelerar su muerte si este llega a enterarse de la verdad. Al hacer énfasis en que el paciente este o permanezca hasta el final en su hogar, chocamos con la concepción tradicional de que el mejor lugar para un niño enfermo es el hospital y que de alguna manera queremos que este “ muera” y “ no se cure”. Debemos cargar con el estigma de que usamos medicamentos peligrosos como la morfina que “ matan”, o aceleran la muerte del paciente, ya que cuando llegamos al niño, este se encuentra “ bastante bien” y después de que empezamos a usar morfina, empieza a deteriorarse rápidamente. No hay suficiente tiempo para la familia de aceptar e interiorizar las bondades del tratamiento contra el dolor intenso. Algunas de ellas están convencidas de que sus hijos no tienen dolor, o de que el cáncer no duele, como en una oportunidad escuche en una sesión de hospital, sostener, a una pediatra mexicana. Las familias creen que lo que no se expresa, no sucede y no existe. Por lo tanto ofrecer un espacio para que el niño hable, pregunte, y se aclare, significa que lo hacemos sufrir más. Al hablar removemos el dolor y lo aumentamos. Solo conseguimos hacerlo llorar y prolongar su agonía.

El ECPP debe lidiar día tras día con las necesidades defensivas de los profesionales tratantes, tanto como con las de los padres y amigos. Parece ser que el rol que los “otros implementan” sobre el equipo de cuidados paliativos, es el de ser ” malos de la historia “, ya que por mas adecuada y oportuna que sea la información, esta no logra modificar las defensas y actitudes sociales. En muchas ocasiones se solicita la intervención del ECPP pero que solo intervengan los profesionales en Psicología, ya que “aun es muy temprano para hablar de muerte”. Esta disociación del equipo interdisciplinario o transdisciplinario en especialidades y por separado, hace que se pierda el objetivo más importante de los Cuidados Paliativos, cual es la atención integral del paciente y su familia, dentro del marco bio-psico-social-espiritual. Esta actitud externa genera al interior del ECPP gran frustración, impotencia, sentimientos de rabia, culpa y de que no se hizo todo lo necesario por el niño y su familia. El equipo llega a cuestionarse si realmente se hace un buen trabajo profesional. Cuando esto se produce en forma cíclica y repetida, la desmotivación, la falta de entusiasmo y la ausencia de energía para trabajar, hacen su entrada en el equipo. El riesgo más alto es que se produzca el síndrome de Burn-Out ( o desgaste emocional) y que se pierdan profesionales valiosos o que se desintegre

 

La Referencia Temprana Permite:

 

• Que la madre o el padre aprendan a cuidar al niño o adolescente en el hogar. Se desarrollan destrezas en el manejo de sondas, cuidado de catéter, vías, medicación, y efectos secundarios de estas. Además del uso correcto del tanque de o concentrador del oxigeno. Cambios de posición. Esto le permite a la familia como unidad apropiarse de su nuevo rol, y sentir que hizo todo lo posible por cuidar a su ser querido.

• El niño o adolescente en su hogar, recobra parte del control de su vida, de su autonomía y se vuelve mas cooperador en su tratamiento. Esta rodeado de sus amigos, juguetes, mascotas. No es necesario mantener un comportamiento especifico como en el hospital. Puede ser mas el mismo.

• Si el niño es asumido en el hogar con anticipación suficiente, la madre o el padre no necesitan abandonar la casa y el cuido de los otros hermanitos. Se acaban las largas y cansadas noches de hospital, en una silla, de pie, o con la luz encendida, sin poder descansar suficiente, como para iniciar la rutina al día siguiente.

• El mejor control del dolor, si este se inicia anticipadamente. Así mismo el control de los Síntomas, y por ende se mejora la calidad de vida para el paciente.

• Que los hermanos mayores y menores, participen del cuido y atención del hermano enfermo. Hay menos cabida para el pensamiento mágico con respecto a la muerte y el proceso de morir, y de culpabilizarse a sí mismos. Pueden ejercitar la solidaridad, y tienen el chance aprenden a ver el proceso de muerte como normal.

• Facilita él vinculo entre el ECPP y la familia, lo cual redunda en una atención más eficiente y profesional.

• Se propician los espacios para analizar, conversar y discutir con el ECPP, sobre temas relevantes para la familia y se pueden resolver los problemas día a día, conforme se presentan.

• Se puede complacer al paciente con comidas especiales, visitas, o sueños que desea realizar. Complacerlo en su ultimo sueño o deseo, se convierte en una tarea más sencilla. Aquí el ECPP puede jugar un papel relevante ya que la mayoría de los niños son de escasos recursos económicos.

• La familia se ahorra, sobretodo cuando es de muy lejos, o de zona rural, el transporte del cuerpo desde el hospital a la ciudad o al pueblo donde se va a enterrar el hijo.

• La familia cuenta con el apoyo y la solidaridad de los familiares cercanos y vecinos, que no podrían estar dentro del hospital en el momento de muerte.

• Definitivamente “NO TOCA” igual una enfermera a un niño, como “TOCA UNA MADRE” a su hijo.

 

La Dra. Lisbeth Quesada Tristán es Jefe de la Clínica de Cuidados Paliativos

del Hospital Nacional de Niños, San José, Costa Rica.


Honduras
Honduras

 Acción Ante un Problema Viejo

 

Por Mirror Magazine

 

TEGUCIGALPA, Honduras-Voy a escribir a título personal, rara vez lo hago y pido que me perdonen mis amables lectores; pero el tema ha tocado de lleno a mi familia. Tengo tres hijos, la de en medio “es mi ojo derecho” como dicen en España, es una jovencita de 15 años. Vivió horas amargas en la escuela primaria debido al acoso y al peligro que le hacían pasar unas 6 o 7 compañeras del aula, simplemente porque sí… Mi niña quedó con un traumatismo emocional que le ha hecho truncar momentáneamente sus estudios a pesar de mis esfuerzos y consejos de padre preocupado. Eso es lo que actualmente y en el mundo entero se ha dado por llamar bullying; es decir, la molestia, las amenazas, la agresión física incluso, al que un grupo (nótese que nunca actúan solos), de estudiantes que someten a uno solo, hasta hacerle la vida insoportable. Tampoco las maestras tomaron cartas en el asunto y, más bien, demostraron una indiferencia impresionante.

¡Pues bien! En Honduras “han tomado al toro por los cuernos”, según el dicho popular; o sea, le han dado la importancia debida a este feo tema, que se ha dado en los centros educativos (hasta en las oficinas entre gentes adultas quienes nunca maduraron), y se ha sentado un importantísimo precedente: autoridades de una escuela privada bilingüe, ubicada en San Pedro Sula, fueron condenadas por el delito de maltrato por omisión contra una estudiante. La prensa hondureña lo ha calificado con toda precisión de “juicio histórico”, porque se trata de un problema añejo, tan antiguo como la misma enseñanza y que, extrañamente hasta hoy día se le da el interés; aunque falta mucho por hacer según nuestra opinión y la de muchas otras personas. La rectora y la directora fueron condenadas a otorgar medidas de protección a la menor de 13 años, que sufría acoso por parte de otras compañeras. El juez determinó que las autoridades educativas no tomaron acciones para proteger a la niña dentro de la Institución a su cargo. Los padres de la menor pusieron en aviso a las autoridades de la escuela; pero no hubo respuesta positiva, como hemos visto.

Para colmo de males, las enemigas gratuitas de la estudiante hicieron cuentas falsas en las redes sociales con la foto de ella y leyendas en las que mentían al decir que la ofendida ofrecía favores sexuales a cambio de dinero. Las administrativas de la escuela “se lavaron las manos” al argumentar que “no podemos hacer nada por solucionar los hechos.” Y lo mismo, según hemos comprobado, ocurre en todo el istmo centroamericano. En Costa Rica se ha llegado a penalizar con una ley reciente, a quienes cometan esos delitos por Twitter y Facebook. En estos días, la Fiscalía de la Niñez hondureña lleva el caso contra la líder del grupo que ideó esta aberración contra su inocente compañera. El juicio, plausible desde todo punto de vista, se extendió por espacio de dos semanas.

Es así como Honduras está liderando en este asunto a las demás naciones del istmo y ha servido de ejemplo decoroso a los otros sistemas judiciales y escolares. Según el psicólogo Alexander Mora, con quien conversamos, el bullying es tan peligroso para los chicos, que puede frustrarle la vida estudiantil por entero si no se ponen en manos de especialistas a tiempo. Recomienda que los padres, al menor indicio, actúen de lleno y de inmediato y ejerzan presión sobre los directores de los centros educativos; de lo contrario lleven el caso hasta los juzgados, porque la estabilidad emocional de nuestros hijos no tiene precio. Un aplauso por los hondureños y su decisión.


Mapa del narco en México
Mapa del narco en México

 

¡Viva México!

 

Por Mirror Magazine

 

NASSAU, Bahamas-Recuerdo una oportunidad, a principios de los años 2000, cuando, después de una mañana agotadora de impartir mis lecciones de castellano, me encontraba solitario sentado en el pasillo del colegio en el que laboraba. Un hombre obeso, que no sé de dónde salió, pues el personal de la institución andaba almorzando y los alumnos ya se habían marchado a sus casas, me preguntó algo que hoy no alcanzo a recordar y le reconocí al instante su acento mexicano recalcado con fuerza. “Usted es mexicano”, le afirmé. Y me contestó también con una respuesta tan inesperada como él mismo en aquel lugar de estudio: “Sí señor, por la Gracia de Dios.” Tuve que disimular cualquier expresión facial espontánea que me sobreviniera, pues su respuesta merecía risa, lástima o desazón.

Pero…¿Qué diablos es México? ¿Dónde reside la supuesta “grandeza” de México? Desde que tengo uso de razón, sólo sé que es un país donde se hacen telenovelas largas como “un verdadero culebrón”, programas musicales con malos cantantes “del patio” y futbol que tratan de metérnoslo hasta por las orejas, repitiéndonos una y otra vez que los mexicanos son los mejores pateando la bola (bueno, lo eran hasta la llegada del balompié a los Estados Unidos, que, desde entonces, han tenido al águila azteca bajo los zapatos cada vez que se enfrentan).

¿Playas bellas? Pues las hay también en Jamaica, República Dominicana, Costa Rica, Ecuador, Colombia, Chile, etc. ¿Mujeres bellas? Bueno, prefiero a las norteamericanas, costarricenses, colombianas, venezolanas, chilenas, argentinas, uruguayas, etc. ¿Cultura precolombina? Bueno, muy cerca está Belice y Guatemala y al sur, Bolivia y Ecuador, cuya grandeza indígena ha sido espectacular. ¿La música mexicana? No gracias. Prefiero un buen tango o un bossanova. Y en el deporte, en el fútbol del que tanto alardean, me quedo con el suramericano sin duda. En otras palabras, “no me vendas, lo que no me convence por su pésima calidad.”

Entre un viaje a Puerto Rico y México, tomo el avión hacia la “Isla del Encanto” y regreso encantado realmente. Y lo más importante… regreso con vida, pues la seguridad en México es un fiasco, en un país que ha quedado atrapado entre las fauces del narcotráfico, de los cárteles de auténtico estilo mexicano, más “eficientes”que los colombianos, incluso. Un país donde han hecho masacres masivas de mujeres con una impunidad asombrosa de parte de los jueces y fiscales, quienes se mueven “en las aguas de una corrupción” tan antigua como la misma seudo-democracia que ellos dicen tener. Ultimamente, la noticia que le ha dado la vuelta al mundo, ha sido la violación de seis turistas españolas, quienes se encontraban en Acapulco. Sorprendentemente una mexicana que las acompañaba resultó ilesa. ¡Vaya que son nacionalistas estos bandoleros, pues no tocaron a su paisana “ni con el pétalo de una rosa”! El grupo de psicópatas ingresó al “bungalow” donde se hospedaban las europeas, con sus rostros cubiertos, encapuchados; ataron a los jóvenes españoles que las acompañaban y los golpearon salvajemente. “¡Viva México chingaos!” A partir de aquí y de los secuestros y asesinatos perpetrados por el narco, veremos si los “chauvinistas” mexicanos (practicantes de patriotería barata, sin fundamento real alguno), seguirán gritando esa consigna ridícula que hemos escuchado por décadas en esas moles de cemento enormes que ellos construyen y que llaman estadios (peligroso estar allí en caso de terremoto).

Según el alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, todo sucedió sobre la carretera Amates-Barra Vieja, en el sitio conocido como Playa Encantada. Las españolas ultrajadas tienen edades oscilantes entre los 19 y 25 años. Pidieron auxilio después de los actos salvajes y fueron llevadas al Ministerio Público, a la Oficina de Delitos Sexuales. Lo bueno de todo esto, es que los mexicanos no son como los comunistas cubanos que todo lo esconden para que la opinión mundial no se dé cuenta de las fechorías que ocurren en su territorio; por el contrario, el diario “La Jornada” ha impostado en sus páginas el dato de que se trata de un comando fuertemente armado; lo mismo reproduce el periódico “El Universal”de Ciudad de México. Además, les robaron 16 teléfonos digitales, dos tablet, tres cámaras fotográficas, un reproductor de música, dos tarjetas de crédito, 8,800 pesos y los documentos personales de estos españolitos “trotamundos”, quienes no saben que en Canarias hay playas extraordinarias; o en Jamaica pueden bailar buen reggae, tomando una rica “piña colada” mientras el sol se oculta tras el inmenso y verdoso Caribe.

Ciertamente el gobierno mexicano lucha por levantar la imagen del Estado de Guerrero donde está Acapulco; pero los narcos y otros grupos de vándalos lo han tomado por completo y las balaceras, secuestros, violaciones de mujeres y asesinatos llenos de sadismo, forman parte del ser mexicano. Además, grupos de ciudadanos han alzado las armas contra el crimen organizado y han protagonizado verdaderas grescas en las calles. “Han empeorado la situación, formando su propia policía y celebrado sus propios juicios.” Ha dicho un funcionario del gobierno local. En la actualidad, Acapulco es una ciudad en disputa entre los cárteles de los Beltrán Leyva y La Familia Michoacana, dos de los cárteles más poderosos y sanguinarios del país, según ha señalado continuamente y a diario la prensa de México. Por su parte, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha dicho que “la paz es posible”, apostando por la prevención de la violencia: “la paz que merece nuestra sociedad, yo estoy convencido de que sí es posible lograrla y la vamos a alcanzar.” Manifestó recientemente en una de sus intervenciones retóricas. Pero los conocedores profundos de la realidad mexicana, no lo creen tan simple, como lo ha esbozado el joven mandatario.

Todo México, de frontera a frontera y de mar a mar, es eso… un mar de inseguridad, sangre, droga, plagios, amenazas de muerte y un largo etcétera de hechos sucios y execrables. Mientras tanto, Televisa y TV Azteca siguen desenfrenados produciendo telenovelas con tramas burdas y el hambre campea por todos los rincones, junto al desempleo, el subempleo, la marginalidad del indio y otras desgracias. Por eso: -Señor, le ofrecemos nuestro paquete turístico a México, con hotel de playa, visita a las pirámides y… -No gracias -le interrumpo decidido el bla,bla, bla del agente de viajes-. Muéstreme algún paquete hacia Suramérica, el Caribe, Oriente Medio o Europa, que me parecen infinitamente mejores, porque, simplemente, amo mi vida.